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El feliz desenlace del rescate de 12 niños tailandeses y de su entrenador ha cambiado el rostro en este reino asiático, uno de los 49 Estados de este continente. La excursión que con tanta ilusión llevaron adelante se convirtió en una pesadilla desde el 23 de junio en que entraron en la cueva Tham Luang, de 10 kilómetros de extensión. Jamás imaginaron que lluvias torrenciales se interpondrían en sus deseos exploratorios impidiéndoles la salida por las inundaciones en gran parte de las cámaras de la cuarta cueva más grande del país. Así es la vida. Nada está hecho por libretos, porque si así fuera hasta aburrida sería nuestra estancia en este mundo. Es verdad que debieron ser más previsores, sobre todo el entrenador; pero por todos los reportes desde que el mundo conoció acerca del hecho no hay ningún signo visible de una desidia mayúscula como para imputar responsabilidad al adulto. En horas aciagas en nuestro país, sumergido en desencantos tras desencantos por actos de corrupción al por mayor, llegó el final feliz del referido rescate de los integrantes del equipo de fútbol “Jabalíes Salvajes”, que paralizó a toda Tailandia y conmocionó al mundo entero. Nos consuela la alegría compensatoria al confirmarse el intacto principio de solidaridad internacional. Los trece rescatistas extranjeros y los cinco buzos tailandeses que llevaron adelante la delicada misión del rescate mismo es aplaudida por todos. Tailandia, un país de 65.5 millones de habitantes, donde su población en casi 95% es budista, étnicamente está constituido de un 75% de ascendencia tailandesa, 14% china, 3% malaya y otras más. Gobierna el primer ministro, general Prayut Chan-Ocha, jefe de la junta militar que asumió el poder tras el golpe del 2014. De hecho, ha sido el más efusivo para expresar su alegría por el salvamento de los menores; incluso había llegado hasta la cueva para supervisar las tareas. La feliz noticia la ha recibido en Lima el vicecanciller tailandés Virasakdi Futrakul, quien nos visitó desde el último sábado hasta ayer, para fortalecer la relación bilateral con este Estado, miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático ASEAN. Bien también por ello.