GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Es risible que en medio del escándalo por las declaraciones de Jorge Barata, que han salpicado a gran parte de la clase política y hasta a la Confiep, la izquierda pretenda mostrarse hoy, al igual que muchas otras veces, como la única “limpia” en esta trama de nauseabunda corrupción y sinvergüencería, pues el barro también ha alcanzado a varias de sus cabezas visibles, por más que traten de desmarcarse con un afán netamente oportunista y politiquero.

Para empezar, entre los nombrados por Barata está Susana Villarán, quien fuera apuntalada y defendida por varios personajes que hoy hacen ascos y muecas de repudio ante lo dicho por Barata cuando se refiere a dinero que dio a fujimoristas, apristas y ppkausas. Irónico que estos personajes, que en su momento cruzaron los brazos en apoyo a su alcaldesa, insistan en presentarse como la “reserva moral” y quizá como una opción “distinta” en el 2021.

El brasileño, por si no lo recuerdan los camaradas, también ha confirmado que la corruptora Odebrecht entregó casi 3 millones de dólares para Ollanta Humala, sí, el personaje al que toda la izquierda apoyó pese a que sabían de sus andanzas como el “capitán Carlos” y a que desde el 2006 se denunció que recibía, a través de Nadine Heredia, dinero de empresas venezolanas a cambio de no hacer nada. Pese a ello, ayudaron a hacerlo presidente. Hoy un poco más y dicen que ni lo conocen.

Tenemos también a Verónika Mendoza tratando de pescar a río revuelto. Busca marcar la diferencia con los implicados, quizá en un intento por hacernos olvidar que en el 2011, que es precisamente cuando Barata dice haber entregado dinero para Humala, ella era secretaria personal de Nadine, hoy presa en Santa Mónica. ¿Ya no se acuerda de que tiene pendiente explicarle al país su participación en las millonarias anotaciones hechas en las famosas agendas?

El barro ha salpicado a todos los principales políticos del Perú, incluyendo a esa izquierda caduca que hoy trata de decirnos que con ella no es, a pesar de lo mencionado líneas arriba y a que la corrupción de Odebrecht se amparaba en las uñas largas del Partido de los Trabajadores y de Lula da Silva, aquel “patriarca” del Foro de Sao Paulo que incluso fue condenado a 12 años de cárcel y sin una gota de sangre en la cara insiste en ser candidato presidencial.