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Con el inicio de la temporada de lluvias en el centro del país, sus efectos vuelven a generar preocupación entre los pobladores de esta zona. Inundaciones, deslizamientos, huaicos y desbordes de ríos son las consecuencias inmediatas de las intensas precipitaciones pluviales.

Hace poco el incremento del caudal del río Mantaro produjo que casi 70 escolares del Colegio González Vigil de Huanta quedaran atrapados por sus aguas al intentar cruzar a la altura del puente Allcochamay. El paseo terminó en tragedia, ya que uno de ellos desapareció.

En tanto, las intensas lluvias hicieron colapsar el Hospital de Lircay, en Huancavelica. Ocho ambientes quedaron inutilizados por aniegos, incluida la sala de operaciones. Los pacientes tuvieron que ser derivados a espacios improvisados, lo que generó el malestar de los familiares.

También en Huancavelica, un deslizamiento de rocas y barro del cerro Puca Puca causó pánico entre la población del distrito de Acoria.

Por otro lado, en las provincias de Huancayo, Chupaca y Jauja se produjeron inundaciones, caídas de postes y de casas. Si a esto le agregamos las constantes granizadas en Ticlio, que interrumpen el tránsito y que ocasionan que un viaje del centro del país a Lima y viceversa dure 15 horas, el panorama es complicado.

Si bien es cierto la lluvia ha sido una bendición para los agricultores, ya que tendrán agua para sus sembríos, si las autoridades no ponen énfasis en la prevención y en un plan de acción ante los fenómenos climatológicos, las consecuencias serán terribles.