Es evidente el hartazgo de los ciudadanos frente a las tantas muestras de incapacidad del Gobierno para conducir los destinos del país. Las protestas se incrementan en todo el Perú ante el alza de combustibles, de los insumos para la agricultura y de los alimentos. En la región Junín un paro indefinido ha dejado un muerto. En tanto, en Huancavelica, una persona que era llevada de urgencia a un hospital no pudo llegar a su destino por el bloqueo de las vías y falleció.

El presidente Pedro Castillo se llena la boca con la palabra pueblo, pero a la hora de la verdad, ante los gravísimos episodios que pasa ese pueblo, lo deja en el abandono. Ayer ningún ministro llegó a Huancayo para la mesa de diálogo con los agricultores, que en los últimos días han paralizado la región centro. Los productores se sienten burlados porque esperaban a Pedro Castillo o como mínimo a algún titular del gabinete ministerial. Ante ello, radicalizarán sus medidas que afectan a millones de ciudadanos.

Muchos peruanos preguntan, no sin razón, cuánto más habrá de esperar para que el Gobierno piense en ellos, trabaje para ellos y les asegure las garantías básicas para trabajar. En el centro del país, cuna de Perú Libre, el rechazo es absolutamente mayoritario y hasta queman camisetas y símbolos del lápiz. Casi nadie los quiere. Son los responsable de este caos.