GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

El sábado último será recordado como el día en que la dictadura de Nicolás Maduro se quitó la careta y se mostró como lo que es ante los ojos del mundo al incendiar un camión que pretendía ingresar a su territorio llevando ayuda humanitaria que debía servir para paliar en algo la falta de alimentos y medicinas que sufren los venezolanos tras 20 años de chavismo y “socialismo del siglo XXI”, que no han sido más que una catástrofe.

Todo hace pensar que la presión internacional que se traduce en el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino está llevando al impresentable usurpador a actuar de esa manera. Ha preferido seguir matando de hambre y de enfermedades a sus ciudadanos antes que sufrir una “derrota política”. Así está Venezuela. Así está el régimen que en nuestro país apoya la mayoría de congresistas del Frente Amplio y Nuevo Perú.

A propósito, ¿sus representantes harán algún comentario acerca de las violaciones a los derechos humanos que ha cometido Maduro al prenderle fuego a miles de raciones de alimentos y medicinas en la frontera con Colombia? ¿Estas personas que están ahora mudas no son las mismas que han hecho carrera política y cobran un sueldo por ser especialistas en cuestionar al fujimorismo y sus delitos y excesos? ¿Por qué tan calladas?

Nicolás Maduro no solo no debería estar un día más usurpando el poder, sino que le correspondería ser sentado ante un tribunal internacional para que responda por sus crímenes, al lado de sus esbirros vestidos de militares y policías que arremeten contra los ciudadanos que exigen libertad, así como alimentos y medicinas, y una vida digna dentro de su territorio y no en un país lejano donde tengan que empezar de cero.

La presión internacional contra la tiranía de Venezuela tiene que mantenerse, por más que algunos de la izquierda de acá digan que todo es un complot del imperialismo. Maduro tiene que caer y el país debe resurgir tras 20 años de chavismo, que no han hecho otra cosa que hacerle ver al mundo la catástrofe a la que conducen los farsantes que hablan de “justicia social” y “revolución” para luego adueñarse del poder y de la plata de todos.