La denuncia constitucional que la Fiscal de la Nación presentó contra Pedro Castillo la semana pasada ha dado mucho de qué hablar. De hecho, ha gatillado que muchos opinólogos, constitucionalistas y políticos den sus diferentes interpretaciones de qué puede pasar ahora. Todos buscan la ruta para sacar a Pedro Castillo del poder, y las alternativas que se presentan son todas complejas y distintas.
Sin embargo, hay algo que todos debemos tener presentes. La vía más efectiva para remover al presidente del cargo es la vacancia por incapacidad moral. El simple hecho de que existan fuertes indicios de corrupción por parte de Castillo, sumado a la denuncia presentada por Patricia Benavides, debería ser más que suficiente para que 87 Congresistas voten a favor de vacarlo. Este tendría que ser el camino natural del proceso, pues no implica ningún tipo de acrobacia constitucional ni interpretación antojadiza de la Constitución. La pregunta que todos nos deberíamos estar haciendo es, ¿por qué rayos es tan difícil llegar a los 87 votos? A estas alturas del partido es imposible pensar que Castillo es inocente. No solo eso, sino que los ciudadanos deberíamos hacer todo lo que está en nuestras manos para presionar al Congreso. ¿No se supone que nos representan? ¿Quiénes son esos congresistas que siguen defendiendo a Castillo, evidenciando que están comprados? Ejerzamos nuestra ciudadanía. Movilicémonos. Presionemos a esos congresistas.
Podemos pensar en muchas vías legales (y complejas) para que Castillo deje el cargo, pero no nos engañemos: la más indicada es la vacancia.