En este 2017, las portadas de los diarios y los titulares de los noticieros parecen sacados de una película de ciencia ficción, suspenso y terror: el destape de corrupción internacional que involucra a los cuatro últimos gobiernos de nuestro país -y que probablemente deje mal parados a viceministros, ministros y de seguro a uno que otro presidente- se cargará además la ya mellada reputación del empresariado en general, pues el ciudadano de a pie lo comienza a percibir como la otra cara de la corrupción; personas capaces de todo con tal de saciar sus ansias de poder y dinero.

La preocupación por la escasez de agua a fines de 2016 terminó. Sí, la madre naturaleza nos regaló más agua de la que necesitamos, generando un sinnúmero de huaicos e inundaciones en gran parte del país. Todo lo anterior nos llevará a una disminución de la proyección de crecimiento del PBI de un 1% (originalmente proyectado a crecer un 4.8%). Dentro de este entorno caótico, el ciudadano no siente que el Gobierno esté tomando las riendas de la situación; por lo tanto, este se consolida como débil y con poca capacidad de reacción.

El entorno nacional se ensombrece aún más con la llegada de Trump a la Casa Blanca. Este señor está lamentablemente empeñado en poner en marcha todas sus promesas electorales, lo que incluye el muro, volviéndose claramente el personaje con la mayor cobertura mediática en la historia de la humanidad y quien en el colmo de su delirio ha acuñado una nueva forma de ver las cosas denominada “alternative fact”, un término interesante para mentir con argumentos. Si bien no está claro en qué medida y de qué manera sus decisiones nos afectarán, la sensación es que difícilmente alguna de ellas será positiva para el país.

Si sumamos esto a los incendios en Chile, Maduro en Venezuela, el terrorismo y el Brexit de Europa, caeremos en la cuenta de que el mundo hoy parece el argumento de una mala cinta de acción hollywoodense en la cual el mal se apodera del mundo. En las películas, en estos casos de caos y crisis total los llamados a resolver estas situaciones son los Avengers, o algún otro superhéroe, quienes en menos de 15 minutos logran desviar cauces, apagar bosques y encarcelar a todos los malos, permitiendo que la Tierra vuelve a la normalidad. Lamentablemente, esto solo pasa en el cine. Pero como dice mi esposa: “Mira el lado positivo, hoy salió el sol y hace un lindo día”… Y yo pienso para dentro mío: “Sí, pero el Perú tiene la peor radiación ultravioleta del mundo”.