Era solamente cuestión de que acabara el conteo remontador en Pensilvania, la tierra natal de Joe Biden, para que el candidato demócrata terminara encimando con la victoria al presidente Donald Trump. Ayer, poco antes del mediodía el campanazo resonó en este Estado convirtiéndolo en el 46° presidente de la historia de los EE.UU. Es verdad que por el viejo y hasta cuestionado sistema de votación indirecta, que también pudo haber perdido, pero la providencia, la pandemia y el carácter incorregible del saliente mandatario, ha logrado una hazaña personal a sus casi 78 años de edad, y desde luego partidaria, pues el partido que lo lanzó había sido seriamente dañado con la inesperada derrota de Hillary Clinton en 2016, precisamente ante Trump. Ayer, las calles de muchos Estados que componen la nación estadounidense, fueron escenario de expresiones de júbilo y algarabía por la derrota de Trump antes que por la victoria de Biden, quedándole pocas ganas para reclamar por el resultado. Está claro que los votos por correo postal lo decidieron todo. La gente que no salió de sus casas -ineditamente cerca de 100 millones- con su voto por esta modalidad le dijeron a Trump lo muy mal que ha conducido la acción gubernamental contra el Covid-19, donde muchos de los contagiados y muertos habrían sido sus seres queridos. No es tiempo de hablar de los méritos de Trump, que no son pocos, objetivamente, sino de la expectativa que nos produce lo que hará Biden cuando asuma la presidencia, el 20 de enero de 2021. En la cancha, todavía con pandemia, tendrá que demostrar todo lo que dijo en la campaña, enrostrando a Trump sus errores. Por lo pronto, si las nefastas estadísticas de la pandemia siguen cuesta arriba, los republicanos no le van a dar tregua. En lo que toca a los latinoamericanos, podríamos tener razones para creer que nuestras vinculaciones con Washington serán mejores con Biden, pero no deberíamos ilusionarnos tanto, pues para EE.UU., en general, con presidente demócrata o republicano, nuestra región siempre ha sido vista como su patio trasero. Con optimismo veremos que sucede en este nuevo capítulo.
Todos contra Trump
Columna de opinión