Qué duda cabe que el expresidente Alejandro Toledo es un personaje con mucha suerte, pues tuvieron que pasar más de cuatro años para que se le dicte orden de arresto por el caso Ecoteva, la cual se da una vez que se encuentra fuera del país y lejos, al menos por ahora, del brazo de la justicia peruana, que tendrá que hacer muchos esfuerzos para traerlo y hacerlo responder por la descomunal prosperidad inmobiliaria de su familia.

Cómo habrá sido de triste y patética la pasividad de ciertos fiscales y jueces que, en medio de todo el proceso, Toledo se dio el lujo de postular a la Presidencia de la República en 2016, con lo cual tenemos que, de haber sido por nuestro grandioso sistema judicial, bien podríamos ver en estos momentos en Palacio de Gobierno a un mandatario con orden de arresto por hechos escandalosos que se vienen denunciando desde enero del año 2013.

Desde enero último, Toledo tiene vigente una orden de captura, esa vez por el caso “Lava Jato”. Con el arresto dispuesto en las últimas horas contra el expresidente, su esposa Eliane Karp, su amigo Josep Maiman y su exguardaespaldas Avi Dan On, por el caso Ecoteva, son dos los requerimientos de cárcel para este personaje. Sin embargo, hasta el momento el exmandatario la sigue pasando de lo lindo en Estados Unidos por la inacción de nuestros fiscales y jueces.

Para los peruanos, es duro tener a un expresidente con dos órdenes de captura, pero es peor darnos cuenta de que el sistema judicial no ha estado a la altura de las exigencias, pues la orden de captura se da cuando ya está en calidad de prófugo. ¿Es así como se castiga la corrupción en el Perú? ¿Es así como vamos a hacer frente al caso “Lava Jato”, que supuestamente implica a varios peces gordos? ¿Cuántos casos similares tendremos que ver?

A Toledo no se le puede pedir que se entregue, pues queda claro que jamás lo hará, menos aún si tan confiado se siente en Estados Unidos. Es por eso que el Poder Judicial, como una forma de lavarse la cara ante los peruanos, deberá hacer todos los esfuerzos para traer a este personaje y a los miembros de la red con la que nos quiso hacer creer el cuento de las casas con plata de la suegra anciana, eso que nadie creía, salvo algunos fiscales de por ahí.