Los congresistas se empeñan en acabar con la poca aceptación que le queda al Congreso. Los acuerdos políticos son normales y cotidianos en un foro político, pero ello no significa que se adopten privilegiando intereses subalternos a los que necesita el país.

La Defensoría del Pueblo tiene que velar por la defensa de los “derechos constitucionales y fundamentales de la persona y de la comunidad; y supervisar el cumplimiento de los deberes de la administración estatal y la prestación de los servicios públicos a la ciudadanía”. El defensor del Pueblo, que conduce dicha entidad, debe reunir todas las cualidades y capacidades para estar a altura de tal responsabilidad. El recientemente elegido por el Congreso como defensor del Pueblo no reúne ni uno ni otro de los requisitos.

¿Qué motivó su elección? Probablemente un pacto que confirma o apunta a un “toma y daca” respecto de la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional, y del que aún está pendiente, lo cual termina echando sombras sobre el proceso.

Como si ello no fuera suficiente, por mayoría algunos congresistas aprueban no acusar a los cuatro congresistas denominados “Niños”, los mismos que además, recientemente, han sido denunciados constitucionalmente por la fiscal de la Nación. Si no tienen nada que temer los citados “niños”, deben ser los primeros interesados en que sean investigados por las autoridades competentes, y no por sus pares, para que prueben su inocencia. Esa oportunidad al parecer no ha sido tomada en cuenta por quienes los han “blindado” en el Congreso.

Cuánto daño ha hecho Vizcarra al Poder Legislativo. Impedir la reelección trajo como consecuencia a un grupo de congresistas noveles en política que no saben ni intuyen el daño que hacen a la democracia, deteriorando la imagen del Congreso.

La reforma política y electoral son urgentes, lamentablemente está en manos de este Congreso. Frente a ello se impone activar la reforma mediante los mecanismos de participación ciudadana. Necesitamos un senado como cámara reflexiva que pueda, de ser el caso, enmendar la plana a los defectos y excesos de la cámara baja.

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