Si el martes último la novedad era que la coalición formada entre el Partido Popular Cristiano (PPC) y Alianza para el Progreso (APP) había generado la oposición y el alejamiento de un grupo de militantes de la agrupación fundada por Luis Bedoya Reyes, el miércoles nos dimos con la sorpresa de que incluso los dirigentes que estaban “a favor” de este pacto, tampoco querían unirse a César Acuña, al que incluso tildan de “payaso” y “plagiador”.
Los audios en los que se escuchan las voces de los dirigentes pepecistas Alberto Beingolea y Marisol Pérez Tello cuestionando la alianza, al extremo que la última de ellas asegura que no votaría por Acuña porque como docente universitaria rechaza el plagio, explican muy bien la única intención que ha tenido el PPC al unirse con quien es cuestionado por sus propias cabezas: mantener la inscripción partidaria a cualquier precio.
Todo hace pensar que a la dirigencia del PPC no le interesa unirse al rechazado Acuña ni salir a calles y plazas a pedir el voto por un “payaso” y un “plagiador”, con todas las consecuencias que eso podría traerle al Perú en caso de ganar la Presidencia de la República, si con eso van a poder mantener la soñada inscripción partidaria, que parece ser lo único importante para la facción pepecista que optó por irse con APP.
En medio de todo este desmadre, toman fuerza las expresiones del abogado y militante Javier Bedoya Denegri -nieto de Bedoya Reyes e hijo de Javier Bedoya de Vivanco-, quien, tras concretarse la alianza con APP, optó por pedir licencia en su partido para afirmar que hubiera preferido perder dignamente la inscripción antes de ser aliado de Acuña y de su partido. Evidentemente Beingolea y Pérez Tello piensan muy distinto.
Más allá de este lío entre el PPC y APP, esta situación es apenas una muestra de cómo se hacen las alianzas y pactos previos a las elecciones, supuestamente con la intención de ganar y gobernar el Perú. Y ni qué decir de los llamados “vientres de alquiler”, en que se acoge a un candidato sin partido que en unión con sus “nuevos amigos” asume el reto de ponerse al frente del país con tantas dificultades y fracturas. Irresponsabilidad total.