El expresidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia la tienen más que complicada tras la ratificación de Marcelo Odebrecht de que, en efecto, les entregó 3 millones de dólares supuestamente para la campaña de 2011, pues los antiguos inquilinos de Palacio de Gobierno han optado por desconocer dicho “aporte” y afirmar que jamás recibieron la plata de la que habla el encarcelado propietario de la constructora brasileña.

Pese a que en un primer momento el abogado de los Humala-Heredia, Wilfredo Pedraza, admitió públicamente que sus patrocinados recibieron el aporte de “corte político” a pedido del Partido de los Trabajadores, más tarde los esposos salieron a negar eso y a afirmar una y otra vez que jamás recibieron los 3 millones de dólares de Odebrecht y que si el detenido empresario los acusaba, era para ver reducida su condena por actos de corrupción en Brasil.

Parece que los Humala-Heredia no conocen bien lo que en la justicia brasileña es la figura de la “delación premiada”, a la que se ha acogido Odebrecht para reducir su condena de 19 años de cárcel. Si el hombre miente -como afirman los nacionalistas-, podría ver complicada aún más su situación legal. Decir falsedades no es broma. ¿Por qué lo tendría que hacer? ¿Qué ganaría embarrando por gusto al expresidente peruano y a su esposa? Creo que nada.

Humala y Heredia usan como sustento para negar los 3 millones de Odebrecht el hecho de que no existen transferencias bancarias ni cuentas donde esté depositado el dinero. Pero recordemos que los acusadores afirman que la plata la entregó Jorge Barata en efectivo. No olvidemos tampoco que en las famosas agendas hay anotaciones sobre montos de dinero guardados en cajas y maletas, una de ellas incluso de la conocida marca Crepier.

Imposible saber a estas alturas si el expresidente y su esposa insistirán en desconocer la entrega de dinero por Odebrecht, o si en algún momento aparecerán en una conferencia de prensa para decirle al país que acaban de recuperar la memoria y que, en verdad, la empresa brasileña sí les dio plata, en un acto tragicómico como el visto cuando en noviembre de 2015 Heredia reconoció como suyas las agendas que inicialmente negó. El tiempo lo dirá.