Si hay incertidumbre en el actual proceso electoral, es por la improvisación con que actúan los políticos, quienes al embarcarse en este proyecto lo hacen con un alto nivel de desconocimiento y pensando que todo es sencillo cuando la realidad es otra: hay normas y leyes que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) debe hacer cumplir con el mismo equilibrio para quienes participan.

En Arequipa, una vez más se ha visto como grupos de izquierda aglutinados en el Frente Amplio (que no hacen honor a dicho nombre) desconocieron los resultados de una consulta de bases y en su debida oportunidad generó comentarios positivos de un sector de la población, pues escogieron democráticamente a sus candidatos.

Sin embargo, por el caciquismo de ciertos personajes de la izquierda, los resultados fueron dejados de lado y desde Lima digitaron los nombres para la lista, desconociendo olímpicamente el sentir y decisión de la militancia.

Lo que pregonó la candidata presidencial del Frente Amplio, Verónika Mendoza, al señalar que fue el único grupo que realizó elecciones, en Arequipa como en otras regiones estas decisiones no fueron acatadas por el equivocado mesianismo de ciertos líderes izquierdistas y se autodestruyen.

Hoy, el Frente Amplio quedó fuera por la grosera manipulación en la lista de candidatos a manos de esas personas que se creen dueñas de la razón y al final de cuentas hunden a la cada vez raleada izquierda, que se extingue por esa incapacidad de aceptar el cambio democrático.

Las guerras internas en la izquierda la han conducido al nivel actual en Arequipa y los “cuatro gatos” que son, con dirigentes improvisados, no saben ni tienen visión clara de lo que buscan.