El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acaba de pedir al rey Salmán bin Abdulaziz de Arabia Saudita, que los cerca de 15 agentes de este país que viajaron hasta Turquía y que se encuentran comprometidos en la muerte -está aún por esclarecerse si fue asesinato- del periodista saudita Jamal Khashoggi dentro del consulado de Arabia Saudita en Estambul, sean entregados a la justicia turca para que en un juicio se establezca si tienen responsabilidad. De conformidad con la Convención de Viena de Relaciones Consulares de 1963, los locales consulares son inviolables. Han seguido el mismo criterio establecido para las embajadas por la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961. Con frecuencia se confunde el carácter inviolable de las embajadas y de los consulados con la errada idea de la extraterritorialidad, creyéndose, también erradamente, que dichas misiones son una suerte de pequeños territorios de un Estado dentro de otro. Eso es completamente falso. Ninguna embajada (representación diplomática de un Estado en otro) o consulado (representación administrativa de un Estado en otro) son soberanas. La soberanía es un atributo exclusivo de los Estados y su origen está en la Paz de Westfalia de 1648, que puso fin a la Guerra de los Treinta Años en Europa. Las misiones consulares no pueden ser objeto de incursiones por la autoridad del Estado receptor donde se encuentra dicha misión consular. Para hacerlo, la propia misión consular deberá permitirlo. Así, la Policía turca solamente pudo ingresar en el consulado saudita para indagar por Khashoggi porque Arabia Saudita lo permitió. Hay situaciones relevantes por las que el ingreso se hace imperativo, por ejemplo, cuando se produce un incendio en el local de la misión diplomática o consular, cuando se produce un acto delictivo in fraganti que haga imperativa la presencia de la autoridad policial y/o judicial, o cuando se produce una situación atípica en que la misión ha sido objeto de un ataque o asalto, como sucedió con la incursión terrorista del MRTA en la embajada de Japón en Lima (1996). Si el periodista murió en el consulado saudita es puro derecho penal turco.