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La frustrada vacancia del presidente de la República fue el punto más alto de la espiral de violencia generada por nuestra clase política desde el inicio de las elecciones, en las que ya se vislumbraban claras tendencias antagónicas. Un proceso sin ganadores. PPK ha visto mermada su imagen, pasando de ser considerado un gran tecnócrata a un presidente débil y sin carácter. Fuerza Popular y su lideresa Keiko Fujimori han destruido su renovada imagen, mostrándose como una fuerza política obstruccionista y con intenciones de copar todas las instancias de poder. La izquierda, después de lograr una buena posición en las elecciones, se encuentra nuevamente dividida y cuestionada. En consecuencia, según las últimas encuestas, tenemos un país donde lo que quieren los ciudadanos es que “todos se vayan”. Esta situación debería llevar a políticos y autoridades a repensar sus acciones y estrategias, pues este camino solo conduce al debilitamiento de las instituciones y abre las puertas a opciones radicales que logran legitimarse dentro de nuestra decepcionada población.Quedan por delante tres años y medio de gobierno y una nueva oportunidad para que las fuerzas políticas puedan demostrarle a la población que la democracia es la mejor alternativa para lograr la gobernabilidad y el desarrollo. Es un buen momento para ver que las discrepancias pueden ser positivas si lo que se busca son consensos para avanzar, que es importante respetar todas las voluntades sin que eso nos muestre débiles o claudiquemos ante nuestros principios. Es válido confrontar sin destituir y sobre todo es posible hacer política buscando los beneficios del país, por sobre los partidos políticos y los beneficios personales.El tiempo es corto y el reto muy grande: no tenemos tiempo que perder. La declaración del Presidente con respecto a la conformación de un nuevo gabinete parece un buen primer paso. Fuerza Popular debe entender que el control político no es el camino para ganar las elecciones del 2021, que el enfrentamiento solo logrará un mayor desmembramiento y desgaste, y que una oposición constructiva puede mejorar sus posibilidades en los siguientes comicios. Las posibilidades de que esto ocurra son remotas, yo sé, pero estas son fechas especiales, los ciudadanos tenemos ilusión, se pueden pedir regalos, y milagros.