Pese a ser uno de los problemas más graves que golpea a los peruanos desde hace poco menos de dos décadas y que ningún gobierno ha sido capaz de afrontar, el tema de la inseguridad ciudadana es uno de los que menos tocan los actuales candidatos presidenciales y congresales, que parecen estar más centrados en las frases efectistas, en la peleíta en las redes sociales y en comprarse vistosas camisetas y gorritas, que en proponer soluciones a este flagelo.

Quienes se conviertan en autoridades a partir del 28 de julio próximo, deberían tener en cuenta que van a encontrar con un país colapsado por una pandemia que ha tenido como una de sus principales consecuencias la pérdida de empleo y el empobrecimiento de millones de peruanos. Esto, lamentablemente, en el mediano plazo, podría generar el incremento de los índices de delito que tenemos hoy, y que de por sí ya son elevados y preocupantes.

Ni las restricciones propias de la emergencia sanitaria han permitido contralar los robos en diferentes modalidades. Incluso en horas de toque de queda los delincuentes han asaltado y robado en casas y negocios a los que incluso han ingresado rompiendo puertas de vidrio. Parece que las viejas recetas de sacar a las calles a los policías dedicados a labores administrativas en las comisarías y de poner cámaras de seguridad en cada esquina, no han traído buenos resultados.

A la crítica situación de violencia que ya se vivía en el Perú, también tenemos ahora el accionar de un grupo de delincuentes procedentes de Venezuela que ha venido colado entre los miles de ciudadanos de ese país, honestos y de bien, que llegaron al Perú huyendo de la catástrofe social, económica y humanitaria del chavismo. Frente al evidente ingreso de hampones extranjeros, no podemos quedarnos cruzados de brazos.

Falta algo más de un mes para las elecciones. Los candidatos, junto a los grandes equipos de expertos que dicen tener en sus filas, aún están a tiempo de decir qué harán para poner freno a los asesinatos, extorsiones, arrebatos, atracos y demás delitos que golpean al Perú desde hace casi 20 años y que hasta ahora nadie, pese a las promesas, ha logrado neutralizar mientras todos los días tenemos a gente muriendo y siendo despojada de sus bienes.