Pese a que desde hace varios meses había estudios y pronunciamientos que indicaban que el uso del antiparasitario ivermectina no sirve para evitar el contagio de covid-19 y menos como método para disminuir sus síntomas, este medicamento seguía siendo repartido cual golosina y sus nulas virtudes eran ensalzadas desde diversos frentes.

En todos los niveles del Gobierno se permitió dotar de una falsa sensación de seguridad a los millones de peruanos y peruanas que creyeron que por usarla estaban completamente protegidos contra la pandemia.

Así como varios políticos exigen sanciones para los responsables de la demora en la vacunación y hasta la creación de una “comisión de la verdad” para conocer la cantidad real de fallecidos, también se debería evaluar la creación de un grupo que investigue a quienes y por qué estuvieron detrás de esta recomendación dañina así como a los laboratorios beneficiados con pedidos millonarios de este medicamento.

Hizo bien el Ministerio de Salud al allanarse a la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de dejar de usar este medicamento, pero no podemos dejar de preguntarnos cuántas personas murieron creyendo esta mentira.