El anuncio de la adquisición de vacunas contra el nuevo coronavirus por parte del Gobierno es una buena noticia, pero esta es solo una parte de la gran tarea pendiente que tiene todo el Estado para asegurar su aplicación a la ciudadanía porque, durante el desarrollo de la pandemia, los peruanos hemos sido bombardeados con pseudociencia y “tratamientos milagrosos” contra la COVID-19 que no tienen el mayor sustento científico y que han sido promovidos desde varios frentes sin que las autoridades hagan el mayor esfuerzo por combatirlos.

Estos mismos grupos que ahora impulsan un frente antivacunas que, si no es contenido a tiempo, ocasionará el fracaso de todos los esfuerzos que se vienen realizando en todos los niveles para combatir a este mal que sigue matando en el país.

La verdad es que las vacunas son necesarias y que para llegar a su aplicación masiva han tenido que pasar por varias pruebas y ensayos clínicos que garantizan su idoneidad para su uso en humanos.

El Gobierno no debe demorar más en la campaña que explique que no existe riesgo en la aplicación de vacunas y así quitarle espacio a los promotores de la pseudociencia que vienen ganando más adeptos.

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