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Esta semana la atención estará puesta en el Congreso, pues en teoría deben aprobarse en primera votación todas las reformas propuestas por el Poder Ejecutivo, mientras que casi al mismo tiempo tendrá que elegirse a la nueva Mesa Directiva, con una conformación aún por conocerse, pero que sin duda romperá con la hegemonía que ha tenido el fujimorismo desde julio del 2016.

Sobre las reformas, queda por ver si lo que apruebe el Congreso haciendo uso de sus facultades constitucionales y su autonomía cuenta con la aprobación de Palacio de Gobierno, que semanas atrás advirtió que si no se mantiene la “esencia” de las propuestas en materia política y electoral, el Legislativo podría ser cerrado de acuerdo con la Constitución, para luego convocarse a elecciones parlamentarias.

De otro lado, en la presente semana está pendiente la elección de la Mesa Directiva, para lo cual ya se vienen dando conversaciones y forjándose alianzas al menos para las próximas semanas, a fin de elegir a determinados postulantes, todo esto mientras el sábado último se ha conocido la renuncia de dos legisladores a lo que queda de la bancada oficialista. El panorama aún es incierto.

Es de esperarse que ante ambas situaciones primen las decisiones que traigan beneficios a los peruanos. Las reformas son vitales para el país, pero no deben hacerse bajo la amenaza del Poder Ejecutivo ya conocida. De otro lado, la elección de la Mesa Directiva del Congreso debe ser una apuesta por los mejores y no hacerse en base al oportunismo, la conveniencia y el interés subalterno.