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A la difícil temporada que estamos viviendo dentro del ámbito político se suma también una temporada complicada para la pesca. Muchos olvidan que este sector está sujeto a los vaivenes de la naturaleza, como por ejemplo el cambio climático.

Este año, lamentablemente, no ha sido auspicioso para la pesca, ya que se ha visto fuertemente impactada por un fenómeno El Niño de intensidad moderada. Si bien este evento climatológico no tuvo un impacto en la ciudadanía, el efecto sobre la actividad pesquera ha sido muy negativo.

En efecto, como consecuencia de ello, y debido a que el desove se retrasó, la primera temporada de pesca en la zona norte centro del país, en vez de iniciarse en abril -como usualmente suele suceder-, empezó en mayo, con los problemas que ello acarrea.

Así, la cuota que se otorgó fue reducida. Para que se tenga una idea, la cuota de la primera temporada del 2019 fue de 2.1 millones de toneladas, mientras que la similar del 2018 fue de 3.3 millones; es decir, la cuota 2019 versus la del 2018 fue 35% menor.

En la pesca hay momentos y oportunidades que son cruciales. El Niño moderado trajo, además de un inicio tardío y una cuota baja, la presencia de un mayor número de juveniles, que limitaron la captura del recurso en muchas zonas que fueron debidamente restringidas.

Además, este fenómeno originó que se generaran fuertes oleajes, que llevaron a la paralización de las actividades pesqueras por varios días y en varios puertos. El recurso en este mar tan movido se dispersó, requiriéndose mucho esfuerzo pesquero para alcanzar la cuota.

En suma, estamos frente una temporada difícil. Esperamos mejores vientos para la segunda temporada, tanto para la pesca como para el Perú.

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