El último martes, congresistas y autoridades regionales y locales de Junín se unieron para levantar su voz contra el árbitro Milton César Santos Orcón, designado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, por dilatar la variación de la medida cautelar, que impide al Gobierno Regional de Junín culminar la construcción del hospital del distrito de Pichanaqui, en la provincia de Chanchamayo.

Desde la sede del Congreso de la República, anunciaron medidas legales contra el árbitro “que hasta la fecha viene demorando el proceso en perjuicio de miles de familias de la Selva Central”.

Es evidente que en estos tiempos de emergencia sanitaria, dilatar cualquier medida que sirva para contener los embates de la COVID-19 y otras enfermedades no solo es actuar con poco tino sino también darle la espalda a los sectores más vulnerables de nuestro país.

Conozco la Selva Central y sé de las carencias que hay en la zona. Por ello es urgente que se resuelva este impasse y se construya cuanto antes el nosocomio. Hoy la actual infraestructura hospitalaria ha colapsado debido a la pandemia del coronavirus y muchos pacientes son atendidos en carpas instaladas en un campo de fútbol. El clamor de la gente es que se culmine el nuevo hospital y que se contrate a más especialistas.

En un país en crisis y falta de confianza en nuestras instituciones es muy nocivo que no haya respuesta ante estas urgencias. Las demandas de la población de Pichanaqui no pueden ser postergadas. Las leguleyadas no pueden tener espacio ante la premura por construir una obra.

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