Presidentes, congresistas, funcionarios, líderes sociales, políticos y otros actores reclaman permanentemente el desarrollo de la educación cívica y valores en la formación escolar. En realidad, lo que ahora se aspira en las sociedades es el desarrollo de una educación ciudadana, pues el concepto de ciudadanía es muy amplio. Se le concibe como un conjunto diverso de manifestaciones humanas que, además de considerar la legislación y las conductas cívicas, implica derechos humanos y deberes, así como reciprocidad y respeto entre las personas.

Y, por supuesto, considera lo relacionado a la enseñanza y practica de valores y actitudes referidas a la honestidad, la veracidad, la igualdad, la justicia, la transparencia, el respeto mutuo, la trascendencia, etc. Lo señalado se considera en el marco del desarrollo y construcción de “una ciudadanía ética donde las faltas y delitos deben ser sancionados oportuna y ejemplarmente dejándose de lado la impunidad”. Se enseña en los colegios en las áreas curriculares .de “Personal Social” en Inicial y Primaria, y en “Desarrollo Personal, Ciudadanía y Cívica” en Secundaria, También, en la Tutoría y Orientación Educativa.

Los últimos acontecimientos relacionados con el uso indebido de vacunas por un presidente, ministros, viceministros funcionarios públicos y otros actores con cercanía al gobierno o a los investigadores, son una evidencia de la falta de principios y desempeños ciudadanos ético-morales. Constituyen una falta de respeto a los peruanos afectados por un sistema de salud deficiente y las consecuencias dolorosas de la pandemia de la COVID 19. ¿Qué les decimos a nuestros estudiantes sobre estos comportamientos que se contraponen a los valores que se trabajan desde los colegios y el hogar? ¿Habrá impunidad con estas personas? No olvidemos que, a pesar de las tensiones que experimentan actualmente, nuestros escolares siguen de cerca y están muy atentos a lo que ocurre en la actualidad nacional. ¡Justicia ahora!