Es evidente que la convocatoria a un referéndum a fin de que “el pueblo” diga en las urnas si quiere o no una Asamblea Constituyente para formular una nueva Carta Magna, es parte de un burdo plan del gobierno de Perú Libre para confrontar a parte de la ciudadanía con el Congreso una vez que este se manifieste en contra de la absurda iniciativa del presidente Pedro Castillo, pues hasta un estudiante de Derecho sabe que esta es ilegal por donde se le mire.

Esa negativa del Poder Legislativo servirá para que el profesor se pare en una plaza pública y se ponga a gritar de que si las cosas van mal en el país, es porque los parlamentarios se han negado a que haya una nueva Constitución la cual, según el discurso mentiroso del régimen, debería servir para acabar con el hambre, el desempleo, la violencia en las calles, la corrupción, el deficiente sistema de salud estatal y la paupérrima educación que brinda escuela pública.

Con las irás cargadas hacia el Poder Legislativo y las calles calientes azuzadas por Perú Libre y la izquierda, el cierre del Congreso estará a la vuelta de la esquina. El gobierno del presidente Castillo sabe que no tiene los votos ni las herramientas legales para una nueva Carta Magna, pero eso no importa. Lo que vale es confrontar a la gente con los congresistas para mandarlos a su casa siguiendo el mal ejemplo de Martín Vizcarra con su “denegación fáctica” avalada por el Tribunal Constitucional.

La gente más bien debería saber que la sola mención de una Asamblea Constituyente como la que sueñan Castillo y Vladimir Cerrón, quien es el cerebro de todo esto y el que mueve los hilos de un presidente marioneta, no hace más que agravar los problemas políticos y económicos del país por el clima de confrontación e incertidumbre que esto va a generar, especialmente si lo que quiere esta gente es dar una Carta Magna como la que ha hundido a Venezuela y al resto de países comunistas de la región.

Los congresistas deberían saber que están yendo por ellos, pues lo planteado por el jefe de Estado el último viernes en Cusco es la partida de defunción del Poder Legislativo actual. Sorprende su “inocencia” de la mayoría de los parlamentarios mientras el verdugo les está ajustando la soga en el cuello. El plan de Perú Libre es evidente. El hombre que usaba el sombrerito y que decía que no mataba ni una mosca, se alista a dar el zarpazo junto con su socio Cerrón.

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