Ayer por la tarde se hizo pública la renuncia de Rubén Vargas Céspedes al cargo de ministro del Interior. Ha sido el costo político de haber violado la ley al nombrar como comandante general de la Policía Nacional a un general seleccionado a dedo, pues César Cervantes Cárdenas estaba en el puesto 18 del escalafón de oficiales, cuando la norma faculta al presidente a nombrar al jefe máximo de la institución solo entre los tres generales de mayor antigüedad.

La permanencia de Vargas en el ministerio de la sede del antiguo aeropuerto de Limatambo era insostenible, por más que trató de “interpretar” la ley a fin de justificar la designación del general Cervantes Cárdenas como comandante general. Lamentablemente, el domingo último el presidente Francisco Sagasti avaló los cambios en la cúpula de la Policía Nacional. Muchos creen que el mandatario fue inducido al error.

Lo más triste de toda esta situación es que Vargas Céspedes llegó al sector Interior como un conocedor en tema policiales y de seguridad, supuestamente para poner orden, luego haber tenido cinco ministros en lo que va del año y de los luctuosos sucesos del sábado 14 de noviembre que costaron la vida de dos jóvenes en el Centro de la Lima. Al final, vimos que el hombre trató de hacer una fina cirugía con un tosco cuchillo de cocina.

Habría que ver qué pasará con el comando policial. ¿El general Cervantes Cárdenas se mantendrá en el cargo? Lo más probable es que pase al retiro y se convierta en uno más de los comandantes generales que no ha durado ni una semana en el puesto. Este año 2020 hemos tenido varios, lo que sin duda también ha contribuido a generar una situación de inestabilidad en una PNP que debería gozar de solidez basada en la institucionalidad.

Uno de los problemas más graves que afecta a todos los peruanos desde hace varias décadas es el de la inseguridad en las calles, que en gran parte se combate con una policía eficiente, honesta y de elevada moral. Irónicamente esto es algo que a todas luces no tenemos. Si vamos a hablar de corrupción, recordemos nomás las denuncias por las compras en los peores momentos de la pandemia que ha dejado 511 efectivos fallecidos. Las nubes negras siguen sobre nuestra PNP.

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