Juan Guaidó es valiente, una condición esencial para el estadista o para aquel que quiere serlo. Lo voy a explicar. El año 2019 desafió a la fuerza chavista de Nicolás Maduro y cruzó la frontera llegando hasta la ciudad colombiana de Cúcuta para participar del concierto Venezuela Aid Live para recaudar fondos y para apoyar la entrega de ayuda humanitaria para las poblaciones fronterizas pero Maduro no quiso. En esa ocasión fue recibido por los presidentes Iván Duque de Colombia, Mario Abdo Benítez de Paraguay y Sebastián Piñera de Chile y por el secretario general de la OEA, Luis Almagro. Guaidó ha vuelto a desafiar a la gendarmería del régimen madurista en la frontera y ha llegado hasta la capital colombiana donde se la vuelto a reunir con el presidente cafetero y el secretario de Estado de los EE.UU., Mike Pompeo, que es el jefe de la diplomacia estadounidense y en buena cuenta, el hombre más cercano al presidente Trump. Es evidente que Guaidó tiene confianza en el apoyo internacional y por eso tiene que mostrar los signos visibles de esa confianza. El también presidente de la Asamblea Nacional de su país, que recientemente ha sido confirmado por un año más como titular del poder legislativo llanero, en el ánimo de acentuar esa confianza llevará adelante una gira por Europa en que sostendrá reuniones con líderes de la Unión Europea pero sobretodo tendría un encuentro con Donald Trump. Cuando lo haga convendría que sea recibido con el protocolo que su condición de jefe de Estado interino exige, tal como lo acaba de hacer el gobierno de Duque. Estratégicamente, eso lo pondrá a Maduro en un estado de incontrolable virulencia e ira, pero nada más que eso. Guaidó, al final del cumplimiento de su agenda internacional para fortalecer su condición de mandatario interino, tendrá que volver a su país para proseguir con la misión de devolverle a Venezuela la democracia que no tiene. No entrará camuflado para evadir a los militares chavistas. Al contrario. Lo hará por el aeropuerto de Caracas o por donde lo desee pero con la frente en alto y francamente no veo a Maduro decidiendo alguna medida contra su integridad y no lo hará porque tiene miedo y sabe que Washington le bajaría el dedo en el acto. Guaidó es intocable.