VENEZUELA Y EL VERDADERO “CRI… CRIMINAL”

Los improperios del dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, tildando de criminal, oscuro y nefasto al presidente de Argentina, Mauricio Macri, confirman que no tiene límites en sus expresiones, que no conoce de la prudencia o de la discreción en la relaciones entre Estados y entre sus actores visibles, que son los jefes de Estado, más allá de las diferencias ideológicas o políticas que pudieran tener los gobernantes. Definitivamente no tiene formas y a estas alturas de su vida no aprenderá. El reporte de mandatarios a los que ha insultado desde que llegó al poder en 2013, a la muerte de Hugo Chávez, es extenso. Maduro llama criminal a Macri por negociar con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Su ignorancia no tiene límites. Ojalá tuviera un mínimum de moral para mirarse al espejo o golpearse el pecho de verdad, y aceptar que el verdadero y mayor criminal en Venezuela es él mismo. Veamos. En ese país que se deshace cada día por la gravísima situación económica creada por el régimen y que ha originado una de las más grandes diásporas del continente -a la fecha van 2,5 millones-, al año mueren por homicidio unas 27 mil personas, siendo el segundo Estado más violento del planeta después de El Salvador; es decir, en Venezuela, donde no se puede caminar más allá de las 8:00 p.m., son asesinadas 73 personas por día, eso significa que cada hora mueren tres. El 60% de las víctimas de la delincuencia estructural tiene menos de 29 años, lo que explica por qué razón más del 70% de los migrantes venezolanos son jóvenes que no quieren terminar como muchos de sus coetáneos que salieron a las calles a exigir una luz para sus proyectos de vida. Caracas encabeza el ranking mundial de capitales más violentas del planeta con el dramático registro de más de 109 crímenes por cada 100 mil habitantes. Los fallecidos por la acción represiva del régimen llegan a los 5535, es decir, mueren a manos de militares o policías unas 106 personas en promedio. Desde que el chavismo llegó al poder en 1999, la violencia ha mostrado una fase ascendente convirtiéndola en desbordante. ¿Quién es, entonces, el verdadero criminal en Venezuela y en América del Sur?