1. Incluso para quienes no somos expertos, está claro que las medidas adoptadas contra la pandemia no han dado los resultados esperados. Hoy, a pesar de todo, la sensación es que los contagios están bastante fuera de control.

2. También es un hecho que estamos -en gran medida- supeditados a observar 3 medidas de seguridad cuya efectividad está comprobada: distanciamiento, mascarilla, y lavado de manos. Si no taladramos estas medidas en nuestros cerebros, ninguna otra será efectiva.

3. Hay, sin embargo, una tarea pendiente del gobierno: inundar todos los medios de comunicación con mensajes de prevención; estrategia que, bien ejecutada, tiene probados buenos resultados, bastante menos costosos que los cuantiosos daños en vidas y tratamientos que estamos asumiendo. Recordemos que el cólera en los 90s se sobrellevó, en gran medida, gracias a una campaña educacional masiva sobre las medidas de higiene necesarias.

4. ¿Cuál es el sentido, entonces, de mantener la prohibición sobre los vuelos internacionales? Si se reanudan bajo estrictos protocolos de seguridad, ¿serían realmente un foco masivo de contagios? Mantener dicha prohibición hasta fin de año implicaría el naufragio económico para la mayoría de aerolíneas que operan en el Perú; con consecuencias nefastas también para la cadena de sectores que dependen del flujo internacional de personas.

5. Llevamos varios meses conviviendo con esta pandemia. Ya tendríamos que haber aprendido -tanto a nivel gobierno como en la sociedad- aquello que nos permita sacar al país adelante económicamente y contener los contagios paralelamente.

6. Las aerolíneas tienen los incentivos para implementar rigurosamente las medidas de seguridad. De la mano con una efectiva fiscalización, abriríamos un camino para que éstas -y los sectores relacionados-, no solo sobrevivan, sino que puedan recuperarse más rápido.

7. Nadie nos va a obligar a subirnos a un avión, pero, ¿realmente tiene sentido prohibirlo?