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El sábado 1 de diciembre próximo, la imagen de la Virgen de Chapi vendrá nuevamente a Arequipa para estar presente en la Misa de Clausura del Año de la Familia; y, como ha ocurrido cada vez que la venerada imagen ha venido desde su Santuario, el Señor nos concederá numerosas gracias a los que acudimos a la Virgen María con fe. Los católicos sabemos que si bien Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres, el mismo Dios ha querido asociar a la Virgen María a la mediación de su Hijo, de modo que su intercesión es eficaz para obtener de Dios, por medio de Jesucristo, gracias espirituales y favores materiales. Los católicos sabemos esto por experiencia, y por ello varios cientos de miles visitamos a la Virgen en su santuario de Chapi cada año y decenas de millones de fieles visitan otros santuarios marianos.

Como escribió Sor Lucía, una de los tres pastorcitos a quienes se apareció la Virgen María en Fátima, “la batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será acerca del matrimonio y la familia” (Aciprensa, 14.VI.2016). Ante una cultura que promueve el individualismo e inculca el narcisismo, muchos jóvenes tienen miedo a casarse, aumenta el número de divorcios y de niños nacidos fuera del matrimonio o abortados. A los adolescentes se les hace creer que el cuerpo humano es un mero instrumento de placer. Muchos padres no saben cómo educar o transmitir la fe a sus hijos. No pocos niños y ancianos se sienten abandonados y numerosas familias viven en situación de pobreza. Aprovechemos la visita de la Virgen de Chapi para pedirle las gracias que necesitamos para que en nuestros hogares se viva la alegría del amor y nuestras familias sean verdaderos oasis de paz en medio de un mundo cada vez más hostil.