Esta semana, PPK aseguró que la Revolución Social es la única forma de lograr la reconciliación nacional. Muy cierto y muy importante. Pero la credibilidad del Mandatario ha bajado, su discurso ya no tiene el mismo impacto. No es que sea menos necesaria, más que nunca es importante garantizar el acceso de todos los peruanos a los servicios del Estado para asegurar la paz y armonía social.

Durante el homenaje a los integrantes del Grupo Especial de Inteligencia, PPK indicó que solo cuando los niños tengan una buena educación, haya una salud pública eficiente, agua potable y caminos, se tendrá paz en el país. Pero ¿qué está pasando con los miles de peruanos afectados en el norte que después de muchos meses siguen abandonados a su suerte a la espera de la famosa reconstrucción con cambios que no debe demorar pues se trata de necesidades esenciales como alimentación, vivienda, salud. Los módulos para vivienda entregados han generado justificadas críticas y sospechas de malos manejos. Bien dice PPK que si no hay atención básica habrá semillas para “ideologías malignas” y por ello el abandono debe ser superado a comenzar por los más necesitados.

Tan importante como activar la memoria y los reconocimientos para los servidores públicos que prestaron servicios esenciales y nos devolvieron la esperanza es recuperar la confianza. Aunque no lleguemos todavía al ideal de la revolución social, es esencial que PPK demuestre que estamos en la buena senda.

Es cierto que la mayoría de la gente quiere seguridad, prosperidad y educación, que todos buscamos desterrar los extremismos. Toca al gabinete Aráoz activar la esperanza y presentar ante el Congreso un Plan de Trabajo creíble para la zona afectada. Que pasen del discurso a la acción.

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