La sensatez ha primado ayer en el Congreso con la elección del general de división EP (r) José Williams Zapata como nuevo titular del Congreso, tras derrotar en segunda vuelta a uno de “Los niños” de Acción Popular, lo cual, de ganar este, hubiera sido una verdadera vergüenza por tratarse de gente que antes de postular a algo, debería ser desaforada y ser sometida a investigaciones en el Ministerio Público.
Quien fuera el jefe de la operación militar Chavín de Huántar ha sido elegido como presidente del Congreso precisamente el día en que los peruanos recordamos con mucha satisfacción los 30 años de la captura del cabecilla terrorista Abimael Guzmán Reinoso, el más grande genocida que haya nacido en estas tierras, en momentos en que tenemos un presidente como Pedro Castillo, muy amigo de grupos de fachada de la banda de alias “el Cachetón”.
El congresista Williams obtuvo 67 adhesiones frente a 41 de Luis Aragón, con lo que el verdadero bloque de oposición toma las riendas del Poder Legislativo, cosa que no sucedía con María del Carmen Alva, de Acción Popular –partido infectado de “niños”– ni con Lady Camones, de APP, la agrupación que es propiedad de César Acuña, el gran validador de la tesis bamba de su paisano Pedro Castillo.
Sin duda ha ganado una de las mejores cartas que tenía la oposición, frente al oficialismo y sus satélites. Ahora desde el Congreso, el general Williams tendrá que hacer frente a un presidente no solo cercano a bandas terroristas, sino también inepto a más no poder y al frente de una administración corrupta desde la cabeza, que es una verdadera ofensa para los peruanos que además tenemos que ver al mandatario victimizándose y evitando dar la cara a la justicia.
El país vive una situación compleja y falta mucho para librarlo de Castillo, Aníbal Torres, Vladimir Cerrón, Alejandro Salas, “Los niños” y compañía, pero queda la esperanza de que en el Congreso con su nueva conducción, se podrán hacer mejor las cosas y darle el rumbo que hasta el momento no ha tenido, lo que ha facilitado que el gobierno corra solo y hasta se dé el lujo de mantener ministros impresentables, sabiendo que el Poder Legislativo vivía en otra galaxia.