“Francia y Alemania lideran el giro a la derecha en las elecciones de la UE (Unión Europea)”, tituló ayer el Financial Times de Estados Unidos. “Macron es derrotado por el auge derechista de la UE”, dijo The Telegraph de Inglaterra. “Sacudida ultra en Francia y Alemania”, abrió su portada El País de España. “Un maremoto de RN (Rassemblement Nationa) en todo el territorio”, publicó Le Figaro. Así resumía la prensa las elecciones del Parlamento Europeo, y las consecuencias no se hicieron esperar.En Francia, ante la aplastante derrota del oficialismo, el presidente disolvió la Asamblea Nacional y llamó a elecciones anticipadas. En Bélgica, el triunfo del partido de extrema derecha Vlaams Belang llevó a la renuncia del primer ministro Alexander De Croo. Estas son decisiones ejemplares de verdaderos líderes, conscientes de que cuando el problema es político, la solución también debe ser política. Y si el problema es grave, las respuestas deben ser rápidas, fuertes y valientes, libres de presiones y de privilegios de poder.
¿Y cómo andamos por casa? En el Perú, ante la adversidad, la presidenta Dina Boluarte no da la cara y se esconde. Su falta de transparencia y energía para liderar el país es evidente. Proyecta inseguridad y vacilación, y su silencio es notable no solo en su relación con la prensa, sino también en sus actividades como cabeza de gobierno. El Comercio informó que, según actas oficiales de los Consejos de Ministros, no se registran participaciones de la mandataria en 24 sesiones del gabinete.
El Perú necesita a alguien que enfrente los problemas y no se corra, con una formidable estrategia de comunicación, don de mando y capacidad de gestión. Sin embargo, lo que tenemos es todo lo contrario. Quizás por eso el 48% de peruanos considera que el Congreso es la institución más poderosa del país, mientras que solo el 9% sostiene que es el Ejecutivo.
Es imperativo que el Perú encuentre el rumbo para recomponer el tejido social y restablecer la confianza del ciudadano en sus instituciones. Hasta el momento, Dina Boluarte ha demostrado ser incapaz de hacerlo.