El martes por la noche, el alcalde de Chilca, uno de los distritos más populosos de Huancayo, sufrió un aparatoso accidente en la Carretera Central. “Me salvé de milagro, un auto nos chocó y nuestro vehículo felizmente fue contenido por una baranda; si no, íbamos directo al río y no la contábamos”, narró el burgomaestre José Auqui, quien terminó herido.

La situación de la Carretera Central sigue siendo caótica. Accidentes vehiculares, huaicos, desbordes e inundaciones han hecho de esta vía una de las más peligrosas del país. El presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski, anunció el 17 de marzo la declaratoria de emergencia de la carretera que une a Lima con el centro del país; sin embargo, hasta el momento no se ha concretado.

Lo cierto es que no hay hasta ahora un decreto supremo que formalice el anuncio del jefe de Estado. Hoy más que nunca se necesita la reconstrucción y ampliación de la Carretera Central. Por ejemplo, el colapso de esta vía ha generado la merma de la cantidad de turistas por Semana Santa. Los operadores turísticos dicen que el impacto es negativo y que muchos hoteles, restaurantes y agencias de viajes sufrirán grandes pérdidas.

La problemática de la Carretera Central es un asunto que se debe resolver cuanto antes. Si bien es cierto existe un decreto supremo que declara de prioridad y urgencia nacional la elaboración de estudios de preinversión y construcción de una autopista de cuatro carriles, como vía alterna, esta obra es a largo plazo. Lo que se necesita solucionar en forma perentoria es la dificultad que tiene la gente para trasladarse de Lima al centro del país y viceversa, viaje que en muchos casos dura más de 20 horas. Ya no se puede esperar más.