Han pasado más de 4 años desde la llegada del fenómeno El Niño costero y la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), creada por Kuczynski, no ha tenido un éxito palpable. Prometieron que era tiempo suficiente para ejecutar obras de impacto que reduzcan las consecuencias de cualquier desastre natural. Hoy sabemos que el Estado ha mantenido una planilla dorada sin resultados a la vista.

Si bien es cierto que los gobiernos regionales y locales quedaron relegados ante su incapacidad profesional para elaborar buenos perfiles de inversión pública, tampoco ha logrado la ARCC articular una labor efectiva con sus autoridades. Estos últimos no pensaban gastar ni un mango para estas obras, lo que retrasó el avance de algún cambio posible en la infraestructura de la costa norte del país.

Muy tarde se dieron cuenta de la incapacidad para imaginar ciudades modernas. Pequeñas obras de asfalto, que bien pudieron hacerlas sin el respaldo de la ARCC; así como la reconstrucción de colegios que solo necesitaban mano de obra poco calificada. Eran jumentos con dinero. Lo único que consiguieron fue la firma con Reino Unido para crear proyectos de prevención y reconstrucción, recién en junio del año pasado, cuando se dieron cuenta de la ineficiencia del Estado.

Mientras tanto, en Piura no todos recibieron ayuda para levantar sus viviendas y los sistemas de drenaje pluvial en el norte del país solo están en los sueños de sus pobladores. Tiempo perdido entre cocteles de gobernadores regionales, alcaldes, congresistas, empresarios y sociedad civil para concluir que sobraba plata, pero escaseaban ideas. ¿Esto es un Estado eficiente?

Este gobierno tiene el reto de replantear la ARCC y acelerar hasta fin de año las obras de prevención, más aún si el propio presidente Pedro Castillo ha alertado la posible presencia de El Niño para el verano del próximo año.