Alejandro Neyra y su nueva novela, CIA Perú, 1985. El espía sentimental
Alejandro Neyra y su nueva novela, CIA Perú, 1985. El espía sentimental

Tres años después de publicar el libro CIA Perú, 1985. Una novela de espías, Alejandro Neyra recupera a los protagonistas de esta historia, un espía austriaco llamado Malko Linge y a joven diplomático peruano, y los envuelve en una nueva aventura en CIA Perú, 1985. El espía sentimental (Estruendomudo, 2015).

Neyra, que estudió Derecho en la PUCP y Literatura en San Marcos, ambienta su novela policial en el primer gobierno de Alan García y ahora sus protagonistas tienen la misión de contrarrestar las acciones del , el brazo derecho de la organización terrorista Sendero Luminoso.

En esta nueva entrega, el diplomático peruano, actual agregado cultural en la embajada de Perú en Chile, continúa mezclando hechos reales, muchos increíblemente ciertos e irónicos, con detalles pintorescos, propios de la ficción.

“La novela sigue teniendo un tono medio paródico, con humor, porque encontré datos muy absurdos que podían pasar como ficción, pero que son reales. También juego con mitos, como que  salía en moto. Hay gente que me ha dicho que eso es cierto, que se escapaba de Palacio en la noches, que tenía novias y demás”, apunta.

SOSPECHAS. Neyra, que llevó un curso de Inteligencia en EE.UU., ha nutrido su historia de ficción con datos que halló en documentos desclasificados y que tomó de materiales bibliográficos de la época sobre Sendero Luminoso, pero lo que llama la atención es que en la novela el personaje de joven diplomático se cuestiona si la CIA (que en la ficción encarna Malko Linge) pudo haber financiado al movimiento que lideraba para desestabilizar al gobierno de turno porque, al parecer, García ponía en peligro los intereses de los de América del Norte.

“El chico este va sospechando de cómo esta gente de Inteligencia está cumpliendo una misión que, al final, no le interesaba el destino del Perú sino los intereses de la CIA”, comenta.

PARA REFLEXIONAR. Pero más allá de esta historia ficticia, Neyra, que vivió gran parte de su vida en Carmen de la Legua hasta que lo enviaron a la embajada de Perú en Ginebra en 2003, quiere que los más jóvenes reflexiones sobre los terribles y difíciles momentos que vivió nuestro país en la época del terrorismo, cuando en la penumbra, con inflación, apagones, coches bomba, velas y desapariciones, aunque -pese a ello- muchos salían a divertirse como si no pasara nada.

“Me interesa que el lector, luego de entretenerse un rato con el libro, piense que si en el Perú se vivió esto y que reflexione sobre nuestro pasado, sobre lo que queremos para nuestro futuro. Lamentablemente, Sendero todavía tiene algunos remanentes. Siempre hay un peligro latente de que surja un líder mesiánico con ideas perversas. Mientras persista la desigualdad, probablemente persistirá la posibilidad de que surja un líder que bajo esta idea de conquistar el poder a cualquier precio para cambiar el sistema pueda ser elegido, usando cualquier método, que puede ser el terror”, indica el autor.

Neyra tiene “muchas ideas” sobre una próxima novela, pero sobre todo le interesa escribir sobre asuntos internos que no debemos olvidar: “Tenemos un pasado que aún a mí me cuestiona. La gente olvida muy rápido y hay cosas que sí valen la pena recordar, y yo trato de darle una mirada que te permite el humor, una catarsis que creo que finalmente necesitamos como sociedad”.

LIBROS. Neyra publicó Peruanos ilustres, Peruvians do it better, Peruanas ilustres y Peruanos de ficción, y es ganador del premio Copé de Plata de Cuento (2012) y del cuarto Premio de Novela Breve de la Cámara Peruana del Libro (2012).