Desde tiempos prehispánicos, los habitantes de la costa central del Perú, especialmente en Lima, han sufrido temporadas de sequía. Diversas soluciones se han propuesto para enfrentar esta problemática, siendo las amunas una de las más efectivas.
Las amunas son infraestructuras hidráulicas ancestrales que recolectan agua de lluvia durante las temporadas más húmedas y facilitan la infiltración del preciado líquido hacia las cuencas o reservorios de la zona (por ejemplo, manantiales). Estos sistemas ancestrales permiten recargar o ‘sembrar’ agua que, en épocas de sequía, es ‘cosechada’ y empleada para la agricultura y ganadería, favoreciendo así el bienestar de las comunidades.
A fin de garantizar la continuidad de esta práctica ancestral, y para contribuir a la seguridad hídrica en el país, Aquafondo y Coca-Cola vienen ejecutando un proyecto que consiste en la rehabilitación de 1.71 km. de la amuna Horno-Marcahuasi, que beneficia a la comunidad de San Pedro de Casta, en Huarochirí.
La iniciativa interviene así en la cuenca del río Santa Eulalia, afluente del río Rímac. Gracias a esta amuna, se estima contribuir con más de 253,000 m3/año de agua y fortalecer la conservación del suelo para prevenir deslizamientos en épocas de lluvia. Asimismo, como parte de la iniciativa, los miembros de la comunidad de San Pedro de Casta han sido capacitados en el mantenimiento de estas estructuras y en la gestión integrada de los recursos hídricos.
¿Cómo funcionan las amunas y cuáles son sus beneficios?
Las amunas captan el agua de lluvia en las quebradas y la conducen a través de su terreno permeable, lo que permite que el agua filtre desde el subsuelo hacia la cuenca durante la temporada seca. Esto es lo que se conoce como ‘siembra de agua’.
Estudios geológicos y científicos demuestran que, a través de la infiltración, el agua recogida por las amunas puede llegar más allá de una comunidad, incluso hasta las ciudades. Los estudios de monitoreo hidrológico de Aquafondo revelan que, en promedio, un kilómetro de amuna aporta un poco más de 148,000 m³ de agua por año.
“Los beneficios que obtenemos de las amunas son múltiples a nivel de ecosistema, paisaje, agricultura y ganadería. Esto porque las infiltraciones de agua que puedan darse en estos espacios afloran en los manantiales y ojos de agua ubicados en las partes más bajas”, explica David Macavilca Villa, coordinador técnico de Aquafondo.
El proyecto forma parte de la estrategia de agua para 2030 de Coca-Cola, la cual se centra en aumentar la seguridad hídrica. Para ello, trabajan junto a socios para proporcionar acceso a un suministro estable de agua limpia para las personas y los ecosistemas en las áreas donde operan.
“Las cuencas hidrográficas proveen agua para el consumo humano, la agricultura y la industria, ofrecen hábitats para plantas y animales, y brindan oportunidades para la recreación. Si bien la protección de las cuencas hidrográficas ha sido un elemento fundamental de nuestro trabajo durante más de una década, nuestra nueva estrategia enfatiza aún más la mejora integral de la salud de las cuencas”, destaca Verónica Bonifaz, directora de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sostenibilidad de Coca-Cola para Perú y Ecuador.
Cabe destacar que Coca-Cola regresó a la Semana Mundial del Agua en Estocolmo para compartir el avance en su estrategia global de agua 2030 y colaborar con diversos grupos de interés en soluciones a los desafíos de agua más urgentes del mundo. En el evento, la compañía ratificó su compromiso para usar menos agua, proteger este recurso en la naturaleza y ayudar a proporcionar agua potable a las comunidades a las que sirven.