El sueño de conocer Machu Picchu reunió a Emiliano Bisson y Philip Stephens, dos hombres que tuvieron que recorrer miles de kilómetros para encontrarse y llegar a tierras peruanas.
Según cuenta Bisson a Infobae, fueron siete semanas de viaje en total los que recorrieron siete países. Por delante fue Argentina, Perú, Costa Rica, Panamá, Cuba, México y Estados Unidos, pasando por Hawái, doce vuelos, y el desafío final de subirlo a Machu Picchu en el medio.
Es ahí cuando empieza la travesía de Bisson quien ideó un plan para cargar a Philip sobre sus brazos para llevarlo hacia la cima de Machu Picchu, puesto que Philip se encuentra en sillas de ruedas debido a su discapacidad.
HistoriaBisson reveló que tuvo que salir de Buenos Aires en busca de su primera aventura, aquella que le cambió su vida por completo, luego fracasar en varias carreras universitarias que no eran de su agrado.
“No me encontraba. Quería salir sin destino, perderme y volver a encontrarme. Le planteé a mi mejor amigo, Juanma Aragona, la idea de arrancar un viaje sin fecha de vuelta. Nos conocemos desde que tenemos seis años, es uno de los tipos de mejor corazón que conozco, divertido”, dice el argentino Emiliano Bisson.
La primera parada que hizo Bisson fue en las paradisíacas playas de las Riviera Maya en México. Allí Bisson tenía 22 años y sus ansias por estar cerca al mar del Caribe lo llevaron a conocerlo en persona. Según contó, salió de su casa con sólo US$ 200 que, en tan solo 20 días, se le acabó.
Dijo que tuvo que conseguir trabajo para sostenerse luego que el dinero se le acabara. Es así cómo Bisson trabajó como trapecista de circo de un hotel cinco estrellas donde le pagaban bien. El argentino contó que con una moto 125 emprendió, junto a su amigo, por la ruta mexicana.
Explicó que cuando llegó a Manly beach, una playa de Sydney, a fines del 2014, y trabajó de varias cosas. Una de ellas involucraba a Marcos Peluffo quien se encargaba de cuidar a Philips. Contó que él los presentó y le dijo que iban a necesitar a otro cuidador.
“Un día le pregunté a Phil, cuál es era su sueño. Suelo hacerlo mucho con la gente. Y me contó que su cuidador, Will, le había dicho que tenía que subir el Machu Picchu, en Perú. No pude evitar mostrar mi sonrisa, dado que sabía muy bien de qué lugar hablaba. Entonces, le dije: “¿Y por qué nunca fuiste?”. Me respondió que era lejos, y no sabría como hacer el recorrido. “Yo te llevo”, le propuse sin pensarlo”, finalizó.