Buses azules sin paraderos finales invaden calles de Miraflores y el Rímac
Buses azules sin paraderos finales invaden calles de Miraflores y el Rímac

La falta de patios que sirvan de paraderos finales a los buses azules ha ocasionado que esas unidades se estacionen en zonas públicas de Miraflores y el Rímac y causen malestar en la población.

Decenas de vecinos miraflorinos denunciaron que las puertas de sus viviendas han sido obstruidas por las inmensas unidades que circulan por el corredor Tacna-Garcilaso de la Vega-Arequipa, las cuales no permiten la salida de sus vehículos y ocupan los pocos estacionamientos que quedan libres en el distrito.

A ello se suma una serie de paraderos improvisados, cuya distancia entre sí es de pocos metros, lo que genera más caos y largas colas en la avenida Armendáriz.

SIN PERMISO

Olga Casana, administradora del laboratorio Bio-Medic, ubicado en la citada vía, denunció que sin previo aviso un paradero troncal fue instalado en la puerta del local.

"Se forman colas inmensas de buses y pasajeros. No podemos meter la mercadería y los clientes se quejan. Lo peor es que no nos han notificado sobre este paradero. Apareció de un día para el otro. Es un atropello", indicó.

Ello también se pudo observar en la zona de Amancaes, en el distrito del Rímac, y es que las unidades municipales de transporte público continuaban ayer apostadas en el parque Juan Ríos y calles aledañas generando tráfico e incomodidad.

Los choferes de esas unidades afirman que en ese paradero improvisado ellos desayunan, almuerzan y comen; además, buscan un lugar para hacer sus necesidades biológicas a falta de varios baños públicos.

Los vecinos de esa zona se muestran mortificados porque los transportistas estacionan en zonas peatonales y forman una larga hilera de buses.

Además los pasajeros de esas unidades llegan hasta el lugar y hacen sus colas para abordar esas unidades.

Incumplidos

En la primera semana de agosto pasado, el presidente de Protransporte, Gustavo Guerra García, informó que su entidad realizaba gestiones para ubicar un lugar adonde llegaran los buses luego de sus recorridos por el Corredor Azul.

Señaló que esa situación se daba porque el patio al que debían llegar se hallaba en San Juan de Lurigancho, a 45 minutos de la zona de Amancaes, en el Rímac, por lo que los choferes preferían estacionar en el referido parque.

Sin embargo, ha pasado un mes desde ese anuncio y las unidades siguen sin contar con un espacio que les sirva de paradero final, luego de sus recorridos habituales.