Restos de vegetación, ladrillos de adobe (barro) y agrupaciones de rocas fueron descubiertos durante los trabajos de investigación hechos en un tramo del Camino Inca en la región Áncash, informó hoy el Ministerio de Cultura.
A través en un comunicado, precisó que los hallazgos realizados por su equipo de arqueólogos “permiten ampliar el conocimiento sobre los aportes tecnológicos hallados en el Camino Inca”.
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Entre las evidencias arqueológicas destaca el descubrimiento “por primera vez” de vegetación entre los materiales empleados para la construcción del Camino Inca o “Qhapaq Ñan”, en quechua, indicó la comunicación oficial.
La vegetación, identificada como junco, fue colocada, según los arqueólogos, horizontalmente y en capas intercaladas con arena gruesa en toda la calzada y en los muros de contención de la ruta con el objetivo de darle firmeza a la construcción.
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También se hallaron ladrillos de adobe (barro) que fueron empleados para rellenar el terreno por donde pasa el Qhapaq Ñan.
Los arqueólogos descubrieron además agrupaciones de rocas a un lado del camino, lo que permitió “corroborar que el tramo en investigación aún estaba en proceso de construcción y quedó inconcluso”.
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Los descubrimientos fueron hechos en el marco de un proyecto de investigación arqueológica del Camino Inca en los valles de Nepeña y Huarmey, en la región Áncash, autorizados por el Ministerio de Cultura.
El Camino Inca es un sistema vial andino prehispánico que recorre territorios de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, y cuenta con un total de 310 sitios arqueológicos.
En nuestro país, el Qhapaq Ñan registra actualmente un total de 250 kilómetros en caminos y 81 sitios arqueológicos, según datos del Ministerio de Cultura.
En junio de 2014, el Qhapaq Ñan fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Patrimonio Mundial, tras recibir un pedido conjunto de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú.