Este sábado 11 de setiembre falleció el cabecilla terrorista Abimael Guzmán en la Base Naval, donde se encontraba cumpliendo condena por su actos genocidas contra miles de peruanos por medio de Sendero Luminoso. El primero de sus atentados fue en Chuschi, Ayacucho.
A 41 años del atentado de Sendero Luminoso, aún persiste el olvido del Estado a este pueblo emblemático que sufrió la primera arremetida terrorista. “Hoy, incluso estamos consumiendo agua con metales pesados. No llegan los recursos básicos para poder desarrollarnos”, nos señala el alcalde de Chuschi, Esteban Galindo Núñez, en conversación telefónica con el diario Correo.
Son las primeras palabras de Galindo cuando le preguntamos sobre el significado del primer atentado terrorista en el país.
“En esa época, no habían derechos, la vida no valía nada y era una situación bastante atroz que quisiéramos olvidar. Incluso, quedan secuelas de esa violencia que causó Sendero en las familias. Muchas personas quedaron mal psicológicamente”, continúa el alcalde que fue elegido por la mayoría de los vecinos de Chuschi para el período 2019-2022.
HISTORIA
Pero, ¿qué pasó realmente en el pueblo ayacuchano hace 41 años? El 17 de mayo de 1980, cinco sujetos armados y encapuchados irrumpieron en el local donde se guardaban las ánforas para las elecciones que se celebraban al día siguiente, después de 12 años.
Los terroristas quemaron 11 ánforas.
El atentado terrorista fue reivindicado por el Partido Comunista Peruano-Sendero Luminoso, “como la concreción del Inicio de la Lucha Armada (...), que incluiría una segunda fase: impulsar la guerra de guerrillas”, señala el informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR).
Fue el atentado con el que Sendero Luminoso inició una serie de acciones sanguinarias en las provincias del norte de Ayacucho, Andahuaylas, Apurímac y el departamento de Huancavelica.
De acuerdo con el citado informe, “esta fue una etapa de avance militar del PCP-SL. Se inició con los denominados ‘grupos armados sin armas’, que en un primer momento conseguían su armamento robando dinamita en alejadas minas o asaltando policías. Su objetivo era formar ‘destacamentos guerrilleros’”.
ANÁLISIS
En diálogo con Correo, el analista en temas de terrorismo, Pedro Yaranga, afirmó que el atentado en Chuschi significó el inicio de los atentados terroristas, incursiones armadas y asesinatos selectivos, sobre todo, “a campesinos humildes, a quienes ellos, los terroristas, decían defender”.
“De Chuschi, se decía, en ese entonces, que era el pueblo más olvidado. Allí se inició la guerra de Sendero por la presencia del cabecilla terrorista Abimael Guzmán, quien era profesor principal en la Universidad San Cristóbal de Huamanga”, señaló.
Yaranga enfatizó que la intención de Sendero con Chuschi fue “cercar (el país) del campo a la ciudad”.
“Pero no lo consiguieron porque comenzaron a apoderarse de las propiedades de los campesinos y agricultores y ellos reaccionaron, a través de los comités de autodefensa, a costa de su propia vida. Fueron los comités de autodefensa los que detuvieron el avance de Sendero y esta organización terrorista se tuvo que dividir en el VRAEM y Lima. Allí comenzó la debacle de Sendero, que terminó con la captura de Abimael en la capital”, remarcó.
Señala que, hoy en día, en Chuschi no quedan remanentes terroristas y sus habitantes recuerdan lo que pasó un día como mañana, hace 41 años.