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De acuerdo a sondeos de opinión, el Congreso de la República es una de las instituciones con mayor desaprobación. En los últimos dos años solo el 10% de la población consultada consideró bueno el desempeño de sus parlamentarios.

En aquella oportunidad, la reunión se efectuó para acordar medidas de fuerza en contra del Ejecutivo y gobierno regional a los que acusaban de retrasar los proyectos emblemáticos como Gasoducto Sur Peruano (GSP) y aeropuerto de Chinchero.

Las pifias, abucheos y algunos insultos de las casi mil personas concentradas en el paraninfo, obligaron a los parlamentarios a abandonar la reunión. Aquella vez Coa Aguilar fue el más rechazado y por ello fue blanco de calificativos, en una lluvia de papeles arrugados.

La misma suerte corrió De la Torre Dueñas. A él lo cuestionaron por su improductividad legislativa. Verónika Mendoza también tuvo que dejar abruptamente la reunión. Los tres fueron señalados como traidores por no trabajar para que proyectos de importancia se concreten.

El sentimiento de aquella oportunidad hacia sus parlamentarios no habría cambiado en el cusqueño, a poco de terminar el año, de acuerdo a las opiniones de los representantes de la sociedad civil

“Si debemos marcar una excepción, sería en la parlamentaria, Verónika Mendoza, quien se desligó del nacionalismo” agregó el dirigente.

Para el integrante del Comité Central de Lucha de la Provincia de La Convención y exalcalde de esta provincia Marco Challco de la Cuba, la labor congresal fue ineficiente en todo sentido de la palabra.

“No hubo proyectos de ley, que favorezca a Cusco, menos una posición firme en cuanto al Gasoducto Sur Peruano y la planta en Kepashiato, que sería de gran beneficio para La Convención y pensar que le dimos el 85% de apoyo, en las elecciones, es decepcionante”, afirmó.

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