Alarmante. Una nueva y poderosa droga de la familia de los ácidos, denominada 2-CB o 4-bromo-2.5-, ha empezado a expenderse en las playas del sur de Lima durante este verano y constituye un real peligro, ya que en alta dosis puede causar severos daños cerebrales. Sus principales efectos son alucinaciones y adrenalina extrema.

Según un reciente sondeo realizado por el Centro de Información y Capacitación contra las drogas (Cedro) a cerca de 750 personas en nueve balnearios, más del 8.3% de encuestados en León Dormido y 4.2% en San Bartolo consideran que es fácil conseguir esta peligrosa droga, que pese a tener poco tiempo de circulación ya prolifera entre los jóvenes.

"Lo alarmante es que hasta hace un año la 2-CB no era reconocida en el Perú y su consumo era exclusivo en Alemania. Pero este verano hemos notado un incremento en su reconocimiento y en consecuencia su compra y consumo. Esto se debe a una necesidad de los jóvenes por experimentar con nuevos estupefacientes y efectos", recalcó el director ejecutivo de Cedro, Alejandro Vassilaqui.

Con facilidad. Explicó que según el sondeo flash sobre "consumo de drogas y alcohol en los balnearios", la marihuana, el PBC y la cocaína son las que con más facilidad se adquieren. Agregó que según el 40.8%, el consumo de drogas entre sus compañeros o amigos crece exponencialmente, lo que se evidencia más en jóvenes de entre 15 y 21 años.

"Notamos que la edad en que se inicia el consumo de drogas en el Perú es cada vez menor, pues chicos de hasta 12 años han empezado a consumir marihuana y hasta de 14 la extremadamente adictiva y dañina pasta básica de cocaína", alertó Vassilaqui, al tiempo de explicar que uno de los principales promotores de este consumo son los compañeros y amigos.

De otro lado, el 36.4% de encuestados considera a la PBC como la droga más peligrosa, mientras que el 14.1% al éxtasis y otras drogas experimentales. Un ínfimo porcentaje ve al consumo desmedido de alcohol y tabaco como un riesgo para la integridad de las personas.

En efecto, más del 45% del total de encuestados manifestó consumir siempre alcohol cuando asisten a la playa e incluso hasta el 11% de ellos admitió que regresan manejando a sus casas bajo los sus efectos.