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El tradicional malecón de La Herradura, en , luce seriamente afectado por el paso del tiempo, el embate del clima y, sobre todo, por la inacción de las autoridades locales y hasta metropolitanas.

El diario Correo confirmó que varios tramos del mirador están destrozados. Los forados que se presentan en este camino playero pueden poner en riesgo a los peatones, sobre todo, durante las noches.

“El malecón está así desde hace meses y ahora que se acaba la gestión edil, no lo arreglarán”, dijo Luis Santos, trabajador de un negocio de la zona.

Focos infecciosos

Las estructuras de madera y metal que adornan el malecón están muy afectadas por el paso del tiempo y el embate de la brisa marina, que las erosiona sin tregua.

Asimismo, las áreas exteriores de los baños públicos, que se mantienen clausurados durante la época invernal, se han convertido en letrinas hediondas que nadie se atreve a limpiar.

“No solo la vista es desastrosa, el olor es insoportable. Estos baños se han convertido en un foco infeccioso justo frente a una docena de restaurantes”, lamentó Santiago Andrade, deportista de la zona. En el mismo balneario, un tramo de la playa, ubicado entre el restaurante El Salto del Fraile y el ingreso al malecón, se ha convertido en un botadero informal de basura, utilizado sin restricciones por cualquier ciudadano.

Devolver el valor. Correo fue testigo de esta práctica y, además, comprobó que el corredor presenta desperdicios comunes y materiales de construcción. A raíz de este aparente abandono, alumnos de arquitectura de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas trabajan en un proyecto para devolverle el brillo de antaño a La Herradura.

“Estudiamos un modo de limpiar y ordenar la playa, pero, además, para poner en valor los edificios abandonados y convertirlos en patrimonio turístico”, comentó la estudiante Gina Céspedes.

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