La capacidad de los caviares para tergiversar la realidad y reescribir la historia del Perú es ampliamente conocida. Basados en las tesis del nazi Goebbels "Cuanto más grande sea una mentira, más gente la creerá" y "Una mentira repetida mil veces se convierte en realidad", se han empeñado en cuestionar las tres grandes reformas del fujimorismo: la estabilidad y el crecimiento económico; la lucha contra el terrorismo y la estrategia de programas sociales.

Toledo ha sostenido impunemente que recibió un país en recesión, lo cual es falso. La mentira de las 300 mil esterilizaciones "forzadas" fue el gran golpe en la campaña del 2011. Hoy atacan su bastión más fuerte: la lucha contra el terrorismo y la exitosa operación "Chavín de Huántar".

Cuando se hizo público el informe de la CIDH* que recomendaba al Perú volver a juzgar a los comandos en el fuero civil, e indemnizar económica y reparar moralmente a las familias de los terroristas, el pueblo peruano se levantó. Entonces, los caviares se vieron obligados a retroceder y reacomodar su historia. Ahora sostienen que la operación "Chavín de Huántar" no está siendo cuestionada y han armado la tesis de que junto con los comandos hubo un grupo de agentes del SIN que una vez terminado el operativo habrían ejecutado extrajudicialmente a tres terroristas, "quienes se encontraban en estado de indefensión"** (¿?). Esta tesis es además sostenida por el procurador Azabache, nombrado para defender al Estado Peruano ante la Corte IDH, y es rechazada enérgicamente por los 140 comandos (ver entrevista al capitán Alex Segura: https://www.frecuencialatina.com/90segundos/interior.php?idnot=44167&not=).

Desde que se inició la investigación contra los comandos, ellos han sostenido que entraron a cumplir una misión: rescatar a los rehenes. Además, afirman enérgicamente que no hubo ningún emerretista rendido ni detenido. ¿A quién le creemos? ¿A quienes se jugaron la vida por el honor del Perú o a los caviares y su afán de desprestigiar a Fujimori?
Los caviares quieren deslegitimar la operación para golpear al fujimorismo. Como no lograron su objetivo primero de cuestionar toda la operación, han lanzado esta tesis de dos operaciones distintas sin mayor sustento. Si el procurador Azabache reconoce que hubo ejecuciones extrajudiciales, ¿qué es lo que va a defender ante la Corte IDH?

Finalmente, la caviarada estaría gestando una estrategia adicional: la de crear la leyenda urbana de un supuesto contubernio entre el fujimorismo y Sendero. Así, La República ha comenzado a publicar el diario de un supuesto "Camarada José", que revelaría cómo Fujimori usaba un doble discurso frente a Sendero. Mientras que sus columnistas sostienen por un lado que el fujimorismo estaría pidiendo una amnistía general, por otro afirman que Abimael habría felicitado a Fujimori por haberse impuesto a los partidos democráticos.

No deja de sorprenderme la falta de reacción del fujimorismo. Tal vez deberían tomar en cuenta el consejo de una de mis profesoras del colegio: "Guerra avisada no mata gente, y si mata, mata por idiotas".