Extorsión desde las rejas
Extorsión desde las rejas

Dejaron las pistolas por el celular. Estos aparatos son ahora las armas que utilizan los delincuentes recluidos en los penales para amedrentar a sus víctimas y así quitarles grandes cantidades de dinero. Solo este año se han detectado 62 llamadas extorsivas hechas desde un reclusorio.

De esta manera, prontuariados criminales que ingresan a los centros penitenciarios perfeccionan su accionar delictivo llevando adelante el ilegal, pero rentable negocio de las extorsiones, desde una celda y sin hacer un solo disparo.

Eso le pasó al señor Mendoza -guardamos su nombre en reserva por precaución-, quien una madrugada de 2014 recibió una llamada a su celular. Al otro lado de la línea se escuchó una voz ronca y autoritaria, que le pedía 20 mil soles mensuales para que su familia y su negocio (un colegio particular) no se vean afectados.

Por amor a su trabajo y a los suyos, este hombre de negocio aceptó pagar cupos de extorsión, que salía de un penal. El extorsionador, según la Policía, era el delincuente conocido como el ”Cojo Mame”.

Durante un año pagó puntualmente al hampón a través del banco. Pero a fines de 2015 la tarifa subió a 50 mil soles mensuales, por lo que Mendoza decidió poner la denuncia ante la dependencia policial.

La respuesta de los maleantes fue dejar una granada de guerra en el colegio, donde un policía perdió la vida al tratar de desactivarla, en Villa El Salvador.

Mendoza es uno de los tantos empresarios que han quedado aterrorizados por esa voz detrás del teléfono.

TRAS LAS REJAS. Según la oficina de Alta Tecnología de la , tras el 54% de las llamadas extorsivas se esconde una voz que viene desde detrás de los barrotes y opera con total impunidad desde un penal.

“En lo que va del año se han realizado 167 llamadas extorsivas, de estas, 62 salieron de algún centro penitenciario”, informó a Correo un alto mando policial.

¿CÓMO OPERAN? Según reveló la Policía, estos reclusos necesitan pagar por su larga estadía en los centros penitenciarios y, al no tener un trabajo, se dedican a la extorsión u otros delitos.

El modus operandi es más o menos así: el líder del pabellón recluta a otros dos internos (uno se dedica a buscar en las páginas amarillas a las víctimas, mientras que el otro hace las llamadas extorsivas). Estos a su vez buscan a delincuentes para que dejen granadas, arreglos florales, cartas y balas a las personas que se nieguen a pagar las extorsiones (ver infografía).


“El reporte de llamadas, que incluye la localización geográfica de donde se hicieron estas, confirmó que los reos tienen dos o tres contactos fuera del penal para apoyar sus acciones”, añadió la fuente policial.

Gracias a este rastreo, la PNP capturó la semana pasada a Gladys Mendoza Montoya (46), quien se dedicaba a cobrar el dinero producto de las extorsiones al director de un colegio.

BLOQUEADORES. Julio César Magán Zevallos, jefe del , reconoció que se producen “algunas llamadas” para extorsionar desde las cárceles.

“Sí, salen llamadas extorsivas desde los penales, pero no todas son desde adentro, hay varias que se realizan en las calles de Lima”, dijo a este diario.

Informó que en el Perú existen 67 penales, de los cuales dos (Aucallama, en Huaral, y el de Cañete) cuentan con bloqueadores de celulares al 100%. Otros siete como Piedras Gordas I y II, San Pedro, Sarita Colonia, entre otros, tienen instalados el bloqueador de celulares a modo de prueba.

Magán confirmó que algunas llamadas extorsivas salen de los recintos penitenciarios, pese a que hay bloqueador de celulares.

El buen funcionamiento del bloqueador de celular está a cargo de la empresa Prison Tec, que se debe poner de acuerdo con las empresas de telefonía, dijo.

Una fuente policial reveló que los reos pagan semanalmente de 500 a 1000 soles a los técnicos de los penales para que les dejen pasar celulares y así cometer extorsiones.

“Ellos tienen hasta dos celulares por los cuales pagan para que los encargados de la vigilancia no se los quiten”, finalizó un oficial de la PNP.

En tanto, Magán informó que a la semana realiza operativos en los distintos penales -de Lima o provincias- con el fin de incautar celulares a los reos.

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