De un tiempo a esta parte se los ve por todos lados. Los jueves por la noche, cerca al parque Villarán o a la céntrica calle Berlín, en Miraflores. También en la avenida Carlos Eyzaguirre en Los Olivos. Veintenas de hombres y mujeres de diferentes edades que han decidido invadir la ciudad sobre sus motos. Pasean juntos, forman clubes. De 'shoppers', motos antiguas o Harley-Davidson. Toman pistas y esquinas para estacionarse y hablar de nuevos modelos, diseños personalizados, cilindros y tamaños de motores. Acabado el intercambio de novedades y consejos, vuelven a encender sus motores y en silencio parten hacia el Morro Solar, a las playas de San Pedro o Pucusana, Ancón, toman la Panamericana Norte o Sur. Van hasta Cañete o Huacho en una hilera de hombres que vuelan sobre dos ruedas. Hace unas semanas hicieron una excursión al cerro San Cristóbal y desde lo alto ellos parecían dominar la ciudad.

¿Por qué se juntan? ¿Qué hay de divertido en todo esto? Helmont Mejía, presidente del grupo Steel Riders, responde: "Nos juntamos todos los jueves porque es una tradición mundial que nació en Estados Unidos en 1906. Además de incursionar en la ciudad, los moteros conversamos sobre qué cambios le hizo tal persona a su moto, qué repuesto consiguió, qué llantas y accesorios nuevos han llegado al país. Somos una hermandad", dice quien asegura que -últimamente- existe una suerte de euforia por estos vehículos. ¿Es cierto?

"Hay una fiebre por adquirir motos grandes (se refiere a las 'shopper') porque manejar una de estas te libera, te saca de la rutina, te relaja. Sentir vibrar ese motor no tiene comparación. Pero muchos otros, además de la afición, compran motos para movilizarse porque su tamaño permite escapar del tráfico que en Lima es infernal", explica Mejia sobre los motivos que han permitido un incremento en la adquisición de estos vehículos lineales.

Lo que él dice se puede sustentar con cifras. Es cierto, hay más personas que compran motocicletas en el país. Según la Asociación Automotriz del Perú (APP), en los últimos diez años el incremento de venta de motos aumentó en 465%.

Veamos: En 2004 se vendieron 49.849 motos, el año que pasó 281.965.

Edwin Derteano, presidente de la APP, explica que este incremento se debe a que la gente encuentra en estos vehículos un modo más sencillo para trasladarse en medio del tráfico. Pero además, en provincias es un medio utilitario para el trabajo en la agroindustria y en la minería. Sin embargo, acepta, que pese al incremento en la venta de motocicletas, todavía estamos alejados de mercados como el argentino o el colombiano. Somos emergentes, pero todavía pequeños, asegura.

INDIGNACIÓN SOBRE RUEDAS. Solo en Argentina el año que pasó se vendieron 830 mil motos, en Colombia, 600 mil. Nuestro incremento aún es bajo. En 2013 fue de 3%, debería estar entre 10% y 15%. La crisis en Estados Unidos y la paralización en algunos proyecto en el interior del país impidieron un mayor crecimiento.

Sin embargo, algo podría hacer que este mercado pierda esa línea ascendente en la que se mantiene. El congresista de Solidaridad Nacional José Luna Gálvez presentó el proyecto de Ley 2849 que establece que, por razones de seguridad, los motociclistas no pueden llevar acompañantes. La medida intenta reducir los homicidios y el sicariato en motos. Su proyecto se sustenta en que desde 2010 el 85% de las 116 matanzas a sueldo que se realizaron usaron una moto como medio de escape. Siempre fueron dos hombres los que iban montados sobre el vehículo. Sin embargo, el proyecto ha recogido la indignación y el cuestionamiento de los moteros aficionados, de aquellos que usan este medio de transporte como una forma de escape o relax.

"Me parece absurdo", dice Helmont Mejía. Dentro de la cofradía de moteros -aseguran- han discutido el proyecto de Luna y afirman que podría resultar discriminatorio. Aceptan que puede ser una medida para luchar contra los asesinos a sueldo pero también segregaría a los usuarios de estos vehículos.

"¿Cómo voy a llevar a mi novia?", se pregunta uno de los moteros del club Steel Riders. "Yo llevo a mis hijos, salgo de paseo con mis amigos... Ya no podré llevar a nadie sin que piensen que soy un delincuente", afirma otro.

Esta ley -aseguran quienes serían los principales afectados- se debería discutir mejor y perfeccionar en su futuro reglamento, si es que fuese aprobada por el Parlamento. Por ejemplo, que permita acompañantes hombre y mujer, o que tal vez impida la presencia de dos hombres sobre la moto. Las opciones son varias.

MOTEROS 'CUSTOMIZADOS'. Mientras se discute este tema en el Congreso, los moteros prefieren hablar de su pasión por estos vehículos. El último jueves, por ejemplo, se reunieron en Miraflores y conversaron sobre la personalización de las motos. La llamada técnica 'custom', que empieza a ganar cada vez más adeptos.

Uno de los pocos que viene llevando a cabo este tipo de empresa que busca 'individualizar' los modelos de vehículos es Rodolfo Bazán, joven de 27 años que creó Custom Roman. A su taller llegan bicicletas, carros y -por su puesto- motos que ingresan siendo unas, y semanas después salen siendo otras. Con timones modificados, con los asientos más pegados al suelo o 'tuneados', cambiándoles de color o colocándoles adhesivos.

"Yo me encargo de modificar estéticamente las motos. No me meto ni en lo automotriz ni en la mecánica. Lo mío es 'full' estética", explica Rodolfo mientras dobla fierros y suelda, después de haber diseñado tubos de escape, tanques de combustible, depósitos de aceite, suspensiones y guardabarros traseros.

"A mí nunca me gustaron las motos, pero cuando me enamoré de las 'shopper' la historia cambió. Transformé mi moto y decidí hacerlo con otras", cuenta este joven empresario que ha diseñado una moto militarizada. Su próximo proyecto es crear una de tres llantas. Hace poco diseñó una tipo 'Sprinter'. "No lo hago por negocio, sino por pasión", asegura. "Este tema es un rollo 'feeling'", insiste . "Mi sueño es ver que Lima se moviliza en motos personalizadas", refiere.

Y él, como sus compañeros, también cree que actualmente en el Perú se viene despertando un sentimiento especial por estos vehículos. Muchos las compran, Rodolfo las transforma. Todos son parte de una hermandad nocturna que crece y apunta hacia una nueva forma de vida sobre dos ruedas. Fotos: Christian Salazar

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