La niña que aprendió a leer con tan solo tres años, e iba a la casa de sus familiares solo para explorar los libros de la biblioteca, hoy es nombrada como una de las siete mujeres latinoamericanas ejemplares. Gisella Orjeda Fernández, bióloga y científica, ha trabajado en el Centro Internacional de la Papa y ha estudiado al mismo tiempo, para lograr sus sueños y aportar con un granito de arena en la ciencia peruana.
¿Cómo inició su pasión por la ciencia y la naturaleza?
Comenzó desde que era muy pequeña. Recuerdo que era muy feliz cuando me regalaban juguetes de ciencia, como un microscopio, o libros. Además, en el jardín jugaba haciendo pócimas con diferentes flores. En realidad, todo nació de forma natural y mis padres me ayudaron a estimularlo.
La biología no tiene mucha demanda en el país. ¿Cómo decidió estudiarla?
Cuando yo salí del colegio no tenía ni idea del mundo de la ciencia y solo sabía que me gustaban los animales. Entonces pensé que lo mejor sería estudiar veterinaria. Luego, me di cuenta de que era mucho más interesante la investigación y la creación de conocimiento, por eso averigüé y me incliné por la biología.
¿Cómo es el mundo de la ciencia desde adentro?
Aquí siempre tienes que tener un mentor, aunque en nuestro país eso no se practique mucho. Normalmente, en una carrera científica uno no solo va a clase, sino va a una casa en donde vive 10 horas al día a cargo de un jefe. Un científico no se forma en las aulas de universidad, sino en un laboratorio.
¿Cuál es la posición de las mujeres en esta profesión?
Menos del 30% de los científicos peruanos son mujeres. Si tuviéramos una verdadera política científica, para nosotras en el Perú no habría tantos obstáculos; por el contrario, existirían incentivos y políticas para igualar el camino de los hombres.
A lo largo de su carrera, ¿se ha enfrentado con el machismo?
Sinceramente, durante mi vida no me di cuenta de si era o no víctima del machismo y creo que eso le sucede a varias mujeres, porque estas situaciones las vemos como algo normal. Sin embargo, recién lo he sentido cuando estaba en alguna reunión de consejo directivo. Cuando yo daba ideas nadie escuchaba mi opinión, pero luego de 15 minutos, un colega hombre repetía mi idea y todos aprobaban el aporte. En esos momentos sentía que mis palabras caían al vacío.
¿Cómo actuó ante esta situación?
Al comienzo, no lo entendía muy bien, pero después de cuatro o cinco veces decidí verbalizar mi fastidio y enfrentar a todos reclamando que esa era mi idea. Como era de esperarse, ellos no dijeron nada.
Ante esta problemática, ¿qué sintió al ser nombrada una de las siete mujeres latinoamericanas ejemplares?
Lo tomo con bastante humildad, aunque no voy a negar que me gustó mucho. De igual forma, agradezco la visibilidad y el reconocimiento. Sé que con esto voy a poder seguir aportando mi granito de arena para el país a través de mis proyectos, que buscan abrirle los ojos a las niñas y decirles que las mujeres también podemos hacer cosas lindas e interesantes. Creo que si una niña crece pensando que no tiene un futuro en la ciencia, ni siquiera va a mirar la posibilidad de involucrarse en ella.
¿Cómo ve el desarrollo de la ciencia en el Perú?
Somos uno de los países de América Latina que invierte menos en ciencia, tecnología e innovación. Necesitamos tomar una decisión como país y, sobre todo, debemos formar escuelas que inculquen la ciencia; es decir, el Estado debe proveer las líneas de políticas que hagan viable el trabajo científico y promuevan un ambiente favorable para el investigador.
¿Por qué cree que hasta el momento no se ha trabajado en ello?
Siempre me he preguntado eso: ¿qué hace la diferencia entre los países desarrollados y países como el Perú? A estas alturas, creo que es la inversión que ellos hacen en conocimiento, ciencia, innovación, investigación y tecnología. Incluso, esos países invierten entre 2% a 5% de su PBI, mientras que nosotros 0.11%. Es por eso que todos los años vemos en el Perú los mismos problemas sociales, como el friaje y las lluvias, porque no hay científicos suficientes que aporten con sus investigaciones.
PerfilBióloga y científica. Estudió en la Universidad Nacional Agraria La Molina. En 1995, obtuvo el doctorado en Ciencias Biológicas en la Universidad de Birmingham.