Nadie sabe como llegó hasta el lugar, pero una asustada perrita lanzaba alaridos desde lo alto de un acantilado sobre el río Shullcas en el centro de Huancayo.
Al llegar allí cubrió al can con su casaca y descendió hasta un lugar seguro de allí fue ayudado por otros civiles que pusieron a buen recaudo a la perrita preñada.
Los presentes aplaudieron la acción de los agentes.