De todos los tipos de cáncer, uno de los más agresivos es la leucemia mieloide, una enfermedad que golpeó todo el mundo de Indyra Oropeza, pero como contraparte de este duro episodio, ella encontró la inspiración para escribir “Con L de Leucemia”, una guía práctica que revela las claves para seducir a la vida, mientras esta te da la espalda”. En una emotiva conversación con diario Correo, la escritora rememoró sus más profundos sentimientos y emociones tras ser diagnosticada con este mal.
¿Qué te motivó a escribir “Con L de Leucemia”?
Lo que me animó fue creer que era la única a la que le habían pasado todas esas cosas, pero luego me doy cuenta que no era la única, hay casos peores y si otros pueden salir de esto, yo también. Creo que todos en algún momento nos sentimos que algo malo nos pasa solo a nosotros.
¿De qué manera ha cambiado tu perspectiva de la vida a raíz de la enfermedad?
El cáncer te cambia por completo. Creo que ahora soy más agradecida por despertarme respirando cada mañana sin que me duela algo. La mayoría de personas no aprecia ese tipo de cosas.
Si no hubieras sido madre, ¿habrías luchado de la misma manera contra el cáncer?
De hecho habría sido más difícil. Un hijo te pone los pies en la tierra aunque no quieras, pero igual habría luchado. Algo que me dijo mi médico, cuando estaba deprimida y ya no quería seguir el tratamiento, es que no podía basar mi lucha en mi hija o en mis papás, en nadie. “Si vas a pelear, que sea por ti misma”, afirmó, porque tarde o temprano esa fuerza se va a acabar si lo haces por terceros.
¿Cómo le afectó a tu familia tu diagnóstico?
Cuando te da cáncer, o cualquier enfermedad, no solamente se enferma el paciente, se enferma toda la familia. Es imposible no involucrarse, aunque hay personas que prefieren alejarse. Nadie sabe cómo reaccionar, porque nadie espera que les vaya a pasar esto. Todo es pura improvisación, porque el cáncer no avisa.
¿Qué fue lo primero que pensaste al ver tus resultados?
Que me iba a morir en un mes. Por eso, en cuanto tuve oportunidad le pregunté eso a mi médico. Él me dijo que era más probable morir de un accidente de tránsito que morir ahora de la enfermedad. Se relaciona la salud al silencio y la calma, y la enfermedad a todo lo contrario, pero para mí eso es mentira, porque el cáncer no hace ruido. El cáncer es como un cariñito en la cabeza, te hace cosquillas en la espalda y no te das ni cuenta. El cáncer duele cuando ya pasó la barrera de lo que es todavía tratable.
Mencionas en el libro que el cáncer te ha dotado de una personalidad arrolladora. ¿Cómo eras antes?
Era la persona más insegura del mundo, hasta me detectaron depresión. Era un desastre. De la cara para afuera no se nota, pero lo que pasa adentro es diferente. Cuando te da cáncer pasan dos cosas: o te deprimes más o te paras.
Tú decidiste levantarte...
Así es. Lo tomas o lo dejas. El cáncer me hizo enfrentar varias cosas que siempre había tratado de evitar, porque me había apoyado mucho en mi físico. Tenía el cabello largo, un cuerpo bonito y cuando me dio cáncer, con los tratamientos, bajé de peso, se me hincharon algunas partes del cuerpo, se me cayó el pelo. Verme despojada de lo que de alguna manera me hizo sentir segura fue un golpe bajo, pero luego te das cuenta de que esas cosas no importan.
¿Reafirmas que en la enfermedad se conocen a los verdaderos amigos?
Definitivamente. El cáncer es el filtro, pierdes a un montón de gente, pero los que se quedan son los que de verdad valen la pena, porque es gente que quiere estar ahí contigo. El año pasado tenía una relación, pero el chico se hizo humo. Cuando estaba en la quimioterapia del trasplante del médula, supe que me estaba sacando la vuelta desde setiembre y en ese entonces era noviembre. Él se lo perdió.
¿Has participado en grupos de apoyo?
Este año con lo de la página de Facebook “Con L de Leucemia” me contactaron varios grupos de pacientes para que vaya a dar charlas a los pacientes oncológicos, pero de leucemia no he visto.
¿Cuáles son los planes que tienes?
Lo pronto es acabar la universidad. Luego, abrir una ONG y seguir escribiendo más libros, dictar conferencias, sobre todo lo último, porque sé que puedo llegar más a las personas.
DATO
Indyra Oropeza, escritora (24). Estudiante del sétimo ciclo de la carrera de Derecho en la Universidad San Martín. Su familia y su hija Tatiana (6) fueron parte de su motivación para luchar contra el cáncer.
20 años tenía cuando le detectaron leucemia mieloide.
33 mil seguidores tiene Indyra en su página de Facebook “Con L de Leucemia”.
1 año ha pasado desde que le realizaron el trasplante de médula donada por su hermano.