El aislamiento social decretado por el Gobierno peruano, ante la emergencia sanitaria causada por el coronavirus, ha generado ansiedad e incertidumbre en muchas familias del país, según lo confirman los reportes del Ministerio de Salud (Minsa).
Niveles de estrés por tener restringida la libertad de tránsito y preocupación por la economía en el corto plazo son los temores que más han manifestado los peruanos en estos días. Esta situación se ha visto agudizada en las personas que padecen, desde antes de la cuarentena, algún tipo de enfermedad mental.
Precisamente para estos últimos casos, el Minsa, a través de la Dirección de Salud Mental, garantizó la atención a los usuarios con problemas de salud mental durante los días del aislamiento social obligatorio decretado por el Gobierno central para controlar el COVID–19.
ATENCIONES. A través de todos los establecimientos del Minsa, hasta el 31 de marzo, se han atendido cerca de mil llamadas que han buscado ayuda, mediante llamadas o chats virtuales, tras presentar un cuadro de ansiedad o de estrés.
Los niveles van desde “muy leves” hasta “muy graves”, por lo que se les recomienda seguir manteniendo el contacto con los especialistas.
En estos pedidos, según la data, también figuran pacientes que llevan un tratamiento de salud mental anterior a las restricciones (el 20% de las llamadas).
Según el reporte, al menos el 60% de las llamadas son mujeres, entre jóvenes y adultas, cuyas edades oscilan, en su mayoría, entre los 25 y 45 años.
Entre las principales preocupaciones están los eventuales despidos en el trabajo, proyectos truncos, miedo a quedarse encerrados, incertidumbre por saber cuándo acabará la cuarentena, preocupación por lo que pasa en el mundo son algunos de los motivos por los que realizan estas llamadas y son atendidos y asesorados por psicólogos especialistas.
BUSCAR AYUDA. De-mentes, asociación civil dedicada a sensibilizar acerca de la importancia de esta rama de la salud pública, señala que es importante sostener que no está mal sentir ansiedad, angustia, estrés, miedo o cualquier otra emoción como fruto de esta coyuntura.
“‘Está bien aceptar no estar bien’. Lo primero que debemos hacer es aceptar que nos encontramos en una situación sin precedentes y que es normal que esto afecte nuestra salud mental”, afirma Ana Sofía Carranza, psicóloga y directora de Gestión en Salud Mental de De-mentes.
Ella recomienda incorporar actividades en nuestra rutina que nos ayuden a sentirnos mejor, pero yendo a nuestro propio ritmo.
“Es recomendable, además, intentar establecer una rutina para estos días: levantarnos a una hora determinada, bañarnos y cambiarnos. A algunas personas hacer actividad física les ayuda mucho, mientras que a otras quizás les provocará escuchar música, meditar o leer algo nuevo”, enfatizó.
María Pía Costa, presidenta de la Sociedad Peruana de Psicoanálisis, señaló que de ocurrir episodios de mal humor o actos impulsivos, tratar de mantener la calma y la presencia de ánimo para ayudar a los otros a aliviar la angustia.
“También evitar el pánico es esencial, ya que abruma la mente y te deja indefenso. Controlar el miedo te permitirá evaluar la situación y tomar precauciones”, acotó.
“Mirar en nuestro interior y ver cómo nos sentimos en la vida y ordenar nuestras prioridades. Pensemos cuántas veces hemos dejado de hacer algo que realmente queríamos por falta de tiempo y ahora tenemos tiempo de sobra para tomar acción”, señalaron desde el Instituto Guestalt de Lima.