Hace 14 años la tranquilidad del anexo de Cochas Chico, perteneciente al distrito de El Tambo, se perturbo por la captura del camarada “Feliciano”. Fue la mañana del miércoles 14 de julio de 1999, cuando toda la comunidad se sorprendió, ante este hecho histórico.
REVUELO. La presencia de aeronaves, militares quienes días antes del apresamiento del número dos de Sendero Luminoso, habían impuesto nuevamente el toque de queda en el anexo, registraron las casas, la población se mantenía alerta y temerosa ante cualquier intervención. Hasta que se logró el objetivo de la captura de Oscar Alberto Ramírez el mundo entero supo de la existencia de este pintoresco y atractivo pueblo de Cochas Chico, donde más del 75% de la población se dedica a la artesanía de los mates burilados.
ACTUALIDAD. Han pasado los años y la modernidad se va instalando poco a poco en el lugar, se ven varios cambios como el remodelado cementerio, el parque de los Mates y la pavimentación de las calles, aunque falta completar algunas vías como la famosa intersección de Huancayo y Manco Cápac, lugar donde fue intervenido el microbús de la empresa Cochas que transportaba a Feliciano. A pesar del tiempo, la tranquilidad continua, las personas siguen con sus actividades normales y se conserva intacta la tradición.
RECUERDOS. Sin embargo en la memoria de la población sigue presente los recuerdos de aquel día. “Nos habían prohibido salir de nuestras casas, a las justas y miramos por nuestras ventanas cuando del carro de Cochas bajaban a unas personas, y se los llevaron, luego llegó el presidente”, señala una pobladora. Mientras otro señor de edad, menciona que Feliciano se habría escondido posiblemente en una de las casas de la zona, y que la población vivía temerosa a las represalias. Pese al paso de los años, las personas, sobre todo las mayores, los que vivieron la época de violencia subversiva, siguen con temor y recelo de incluso decir sus nombres.
¿CASUALIDAD? Hasta ahora, no se sabe con certeza por que Feliciano subió al microbús, una fuente cercana al policía Adolfo Salazar -propietario de la unidad- quien para muchos fue él que reconoció y apoyo en la captura, aunque algunos militares digan lo contrario. El guerrillero sabía del control militar en cada paradero, además con él se encontraba una persona más aparte de las tres mujeres, quien sería del lugar y conocía que Adolfo pertenecía a la PNP.
Actualmente el paradero de este policía es una incógnita, pues como nos señala la fuente, desapareció ese mismo día de Huancayo, al parecer lo mandaron a otros lugares, incluso habría estado en Venezuela
Existe un libro escrito tres años depués de la detención de Feliciano, por el Gral. Brig. (r) Eduardo Fournier, quien estuvo a cargo del plan de inteligencia elaborado para capturar al senderista. El escrito, “Captura de un senderista rojo, la verdadera historia”, narra detalles del seguimiento y trabajos de inteligencia realizados, además de desmentir y saca a relucir las diferencias que tienen con la policía, llamando a algunos miembros de oportunistas y de tergiversas los hechos, y resalta que fueron los militares los autores del arresto